Aprendiendo a diversificar inversiones
Durante años como asesor de empresas enfrentaba situaciones similares en cada una de las consultorías que me tocaba realizar; a pesar de que se trataba de industrias muy distintas entre sí, los retos que enfrentaban eran muy similares, siempre giraban en torno a temas de gestión de personal (cómo organizar a sus equipos, perfil correcto para cada puesto, relaciones entre los trabajadores, evaluaciones de desempeño, etc.), gestión comercial (cómo hacer que sus ventas mejoren, cómo introducir un producto al mercado, desarrollar campañas de marketing, desarrollar indicadores para medir si su equipo de ventas iba bien o no, etc.) y gestión operacional del negocio (mejorar distribución de planta, control de inventarios, indicadores de gestión para la operación en sí, etc.).
La gran dificultad estaba en lograr la satisfacción total de mi cliente, siempre estaba sujeto a un 50/50 de probabilidad de éxito, ya que por más que lograba solucionar el problema planteado, si por algún otro motivo la “situación” de la empresa no mejoraba notablemente, mi logro se diluía. En el tiempo entendí que esta sensación de éxito o fracaso no estaba en manos de los consultores como yo o gerentes propios de la empresa, claro que no, el tema era que dichos empresarios estaban plenamente enfocados en sus negocios, es decir, todos sus recursos estaban involucrados allí y por ende todo interés también. Tuve la oportunidad de conocer a un empresario con una realidad diferente, si bien tenía una actividad empresarial principal, era también dueño parcial de otros varios negocios, muy distintos entre sí; al inicio me pareció un poco desbocado, pero con ello aprendí lo valioso de la real DIVERSIFICACIÓN.
Este empresario estaba en el sector inmobiliario, en agroexportación, restaurantes y bares, salud y hasta tragamonedas; sin necesidad de ser dueño de todo, sólo con participación parcial, fue el único de mis clientes de esa época que, por ejemplo en la pandemia, no sufrió inestabilidad personal, dado que si bien uno u otro de sus negocios cayeron, otros repuntaron como nunca (salud por ejemplo). Cuando hablamos de diversificar, realmente lo que debemos hacer es colocar diferentes recursos (tiempo, dinero, relaciones, ideas) en diferentes actividades (negocios muy distintos entre sí), que no compartan riesgo y mercado; de esta manera podremos lograr el único y verdadero sentido de la diversificación… reducir riesgo y aumentar probabilidad de éxito.
En una economía tan globalizada, el invertir ya no es el privilegio de algunos, es el camino de todos. ¡Buena semana, lectores!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
