¿Aprendimos algo de la pandemia?

Han pasado casi dos años desde que terminó la pandemia, y la persistente reflexión en la mente de aquellos que buscan atención médica es: “no hemos aprendido nada”. La pandemia evidenció nuestras carencias y nos enfrentamos a la cruda realidad de un elevado número de fallecidos.

Hoy nos preguntamos: ¿qué ha cambiado para mejor en estos dos años?
Desde el Gremio de Salud de la Cámara de Comercio de Lima – COMSALUD estamos liderando la iniciativa de estructurar una lista de cambios normativos esenciales para mejorar el acceso a la salud. Esta labor implica corregir aquellas normas que impiden que los pacientes reciban el tratamiento adecuado y oportuno.

Lamentablemente muchas de estas normas no se analizan a fondo cuando se realizan, no se socializan correctamente, o se hacen por intereses particulares del momento.

Un factor adicional importante es que a medida que los escenarios evolucionan con el tiempo, las normas permanecen estáticas, volviéndose precarias y desactualizadas para la época.

Es el momento de sentarnos y revisar toda la normativa que contribuyó a convertirnos en el país con la mayor tasa de mortalidad por cada 100,000 habitantes del mundo. No nos olvidemos de nuestros muertos ¿Qué más necesitamos para motivarnos a cambiar las cosas? ¿Alguien se ha sentado a analizar qué cosas cambiar?

Es imperativo que nuestros servidores públicos y políticos comprendan que las normas se establecen para guiar el comportamiento en una sociedad o industria específica. Si una norma es perjudicial, se deroga o se cambia inmediatamente. Las normas deben ser claras, deben ser precisas, no debe existir ambigüedad ni generar confusión, deben ser aplicables, y por supuesto justas y equitativas.

Esa modificación, derogación o creación de normas debe enfocarse en mejorar 6 puntos fundamentales: equidad en el acceso a salud, gestión eficiente de insumos y equipos médicos (¿por qué no están donde y cuando los necesitamos?), fortalecimiento de la infraestructura de salud, capacitación y dotación de personal (¿cómo garantizamos que tengamos el personal adecuado?, tecnología (¿que impide que llegue?), barreras burocráticas (eliminarlas).

Está claro que cambiar la situación del sector salud en el Perú no es ni será fácil. Requiere liderazgo, y en este caso le corresponde a la presidenta Dina Boluarte. Un cambio real implica enfrentar intereses políticos, gremiales, sindicales, privados, ideológicos, algo que un ministro solo no puede lograr. Se necesita transparencia y colaboración interinstitucional entre ministerios, fomentando la coordinación entre diversas instituciones, gobiernos regionales, locales, el sector privado y la sociedad en su conjunto. Comencemos por no entorpecer nuestro avance con normas que limitan el acceso a una atención de salud oportuna. Es hora de dar el primer paso hacia una salud con un mínimo de oportunidad de acceso para todos.

@sandrostapleton

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