¿Aprobar o no aprobar?

A estas alturas no cabe ninguna duda que los comunistas en el gobierno avanzan a toda velocidad hacia su objetivo de capturar todo el aparato del Estado, disolver el Congreso y establecer una dictadura chavista en el país.
Existen pocas dudas también entre los demócratas que la única alternativa es acabar con este gobierno. Las necedades que sostiene la mafia caviar, de separar a Pedro Castillo de Vladimir Cerrón y rodear al primero para seguir mamando de la teta del Estado, no tienen sentido, tanto porque ambos tienen los mismos propósitos como porque disociarlos es una tarea tan difícil como separar a dos siameses unidos por la cabeza.
El asunto es cómo hacerlo. Un tema urgente es el comportamiento que debe tener la oposición democrática con el gabinete encabezado por Guido Bellido, un sujeto que está investigado por corrupción, por su participación en la organización criminal ‘Los dinámicos del centro’, por apología del terrorismo y, más recientemente por terrorismo, por su presunta relación con los narcoterroristas del Vraem, junto con Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo.
Bellido encabeza un gabinete impresentable, con ministros que a su vez han designado funcionarios repugnantes, varios de los cuales han tenido que ser removidos de sus cargos inmediatamente después de nombrados.
Algunos dicen que se trata de una estrategia del gobierno para que el Congreso rechace a Bellido y su caterva de desastrados, dando un paso para su disolución. Puede ser. ¿Pero acaso Castillo y Cerrón tienen en sus filas a personas honestas, capaces, con experiencia positiva en gestión pública y sin vínculos con organizaciones comunistas?
Es decir ¿alguien en su sano juicio cree que el presunto cabecilla de la organización criminal de ‘Los dinámicos del centro’ y el socio del Conare-Movadef (Sendero Luminoso de Abimael Guzmán) podían encontrar entre sus secuaces a personas distintas a las que hoy ocupan el gabinete ministerial y con las que están invadiendo los puestos públicos?
Evidentemente no. Cualquier gabinete que ellos designen será como el actual y los funcionarios también. En otras palabras, independientemente de si se trata de una provocación o no, eso es lo que son.
Aprobarlos sería una muestra de debilidad, desmoralizante para los demócratas y un triunfo para los comunistas que avanzarían más rápidamente en su propósito de copar el Estado y liquidar el Congreso.
Como bien dice Oscar Sumar, la mejor estrategia es “es atacar rápida y decididamente a un enemigo que se fortalece día a día.” Y “es Perú Libre el que gana más con el paso del tiempo: tiene el plan de capturar el poder y está avanzando a pasos agigantados para lograr su objetivo. Cada día extra en el gobierno significa: capturar recursos por medio de corrupción, copar el Estado, incluyendo las FF.AA., debilitar a la oposición, crear su propia milicia, etc.” (“El arte de la guerra: 3 pasos para la vacancia”, “Gestión, 12/7/21).

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