«Aquí queda el recaudador y allá va el financiero»
El cambio ocurrido en el MEF se puede parafrasear con aquella copla de la Isla del Gallo: aquí queda el recogedor y allá va el financiero: porque José Arista, el nuevo ministro de Economía, forjado como director de presupuesto o viceministro de Hacienda en los años noventa, es un verdadero recaudador, mientras que el ministro renunciado o renunciante Alex Contreras, fungió de viceministro de Economía, desde el 2021, acompañando a los exministros Pedro Francke y Kurt Burneo en las delicadas misiones de endeudamiento.
Fiel a su perfil, Contreras aprobó la emisión del equivalente a US$ 2.500 millones (RM 188-23 30/5/23), en este caso bonos soberanos (BTP), para una operación de administración de deuda (OAD) que en teoría, es un cambio de bonos que se están venciendo por bonos nuevos a un plazo mayor (reperfilar, dixit) mediante unas piruetas financieras extremadamente complejas. En cualquier caso, el saldo de la deuda pública se redujo de 37.9% del PBI (2022) a 35.2% (2023). Bien.
Asimismo, el ministro Arista para afrontar el reto de la caída en la recaudación por la recesión en 2.1 % del PBI -desde 17.2% (2022) a 15.1% del PBI (2023)- ha reforzado el frente institucional convocando a una funcionaria curtida en mil combates fiscales como la economista Betty Sotelo, que regresa al MEF luego de dos años, para afrontar el compromiso de la meta de déficit fiscal de 2% en el 2024 establecida en el Marco Macroeconómico Multianual (MMM). Como era de esperarse, el ministro propició un recambio en la SUNAT: “para refrescar la institución con gente que tenga nuevas ideas …porque la presencia de la SUNAT es nula en algunas regiones” (27/2/24), nombrando a Gerardo López Gonzales (45) economista de la Universidad de San Marcos, que es casi un fundador de la entidad tributaria donde, en sus inicios, que tenía a su cargo las temidas auditorías. Agárrate Catalina.
Según el exviceministro de Hacienda Luis Arias Minaya, compañero de aulas (PUCP) del titular del MEF, un problema adicional de la recaudación es que cada año aumentan los gastos tributarios, que son exoneraciones y beneficios o incentivos tributarios. Estas gollerías tributarias que representaban S/ 17,600 millones (2023) se elevarían a S/ 23,800 millones (2024) …a 3.6 veces la inversión en infraestructura del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Suma que no incorpora la reciente ley que beneficia a los sectores textil, confecciones, agrario y riego, agroexportador y agroindustrial. Por otro lado, el gasto corriente “está casi a niveles prepandemia. Se trata de gastos rígidos difíciles de reducir. Más aún, “el presupuesto del 2024 tiene un incremento de 15% en la partida de remuneración…por lo que se prevé que el ajuste vendrá… en la inversión pública, lo cual compromete la proyección optimista del MEF de un crecimiento de 3% del PBI” agrega.
Dicho de otra manera, para que el ministro Arista nos consiga sacar del hoyo de la recesión (que ya lleva cinco trimestres), sí o sí, necesita que “Dios que es peruano” una vez más propicie el alza de los precios internacionales de nuestras exportaciones, sobre todo las mineras. ¿Será?
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