Argentina lovers

Desde hace unos meses los peruanos estamos viviendo muy de cerca los acontecimientos políticos que nuestro hermano país de Argentina atraviesa. De hecho, a nivel de la región, es decir Sudamérica, somos los que más noticias gauchas consumimos.

Si bien es cierto, la atención durante años la ha tenido nuestro vecino del sur, Chile, hoy Argentina nos despierta cierta rara empatía que yo, particularmente, creo se debe a la situación inexplicable a la que llego este hermoso país, debido al daño que la izquierda chupa sangre, ociosa y burocrática le hizo durante sus 30 años de gobierno a través de lo que el líder de La Libertad Avanza, y actual Presidente de la República Argentina, Javier Milei, llama LA CASTA.

LA CASTA si tuviese que imaginármela, sería más o menos como un piojo o una garrapata que se aferra a estar pegada donde puede agenciarse de lo necesario para vivir, bien y feliz, en deterioro del que lo alimenta. En este caso empobreciendo al pueblo argentino hasta llegar a la situación que hoy, estoicamente deben enfrentar.
En nuestro caso, la burocracia estatal heredada por gobiernos de izquierda, la pésima gestión económica, la corrupción, pero sobre todo el desangre nacional al que nos expuso el terrorismo comunista de Sendero Luminoso y el MRTA, hizo que tocáramos fondo como país viable. La izquierda empobreció al Perú al nivel de una guerra internacional.

Hoy la inflación gaucha es del 150%, la peruana en el momento del shock era de 7,000%. Nos acostumbramos a vivir con el deterioro, hasta que llegó alguien que nos ofreció visualizar una pequeña luz al final del túnel a cambio de muchísimo sacrificio, no sin antes, encomendarnos a Dios. La mayoría de peruanos, sobre todo los jóvenes de aquel entonces, aceptamos, nos sentimos felices, el sueño de ver a nuestro país levantarse y sobre todo, poder quedarnos a vivir en la tierra que vio nacer a nuestros padres y abuelos sobrepasaba el miedo al sacrificio que deberíamos hacer.

Eso es lo que sentí estos días que pude vivir de cerca esta transición histórica que recorre Argentina. Son conscientes de que “NO HAY PLATA” y que únicamente con sacrificio y orden económico podrán tener de vuelta el brillo y desarrollo que un día disfrutó este generoso país.

Será duro, pero miran la lucesita al final del túnel con una sonrisa llena de esperanza y sueños por venir.
Si los peruanos pudimos, ¡los argentinos lo lograrán!

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