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Arruinando honras y vidas

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Fecha Publicación: 21/09/2025 - 23:00
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Una reciente entrevista publicada por EXPRESO al expresidente de la Federación Peruana de Fútbol, Edwin Oviedo, comprueba el atentado contra la Justicia calificado como “persecución sin fundamentos”. Oviedo, encarcelado cinco años por el affaire Los Wachiturros de Tumán, fue absuelto por el Poder Judicial tras concluir que “no existían pruebas suficientes para sostener la acusación de homicidio.”
Según la Fiscalía, Oviedo cometió dos homicidios vinculados a conflictos sindicales en la azucarera Tumán, “como líder de una organización criminal”. Posteriormente, el Juzgado Penal Colegiado de La Libertad lo absolvió, precisando que la acusación “carecía de pruebas sólidas”. ¡Seis jueces, en primera y segunda instancia, coincidieron en que “este caso fue construido sin fundamentos”!
Oviedo reveló que el fiscal Juan Manuel Carrasco Millones —quien lo acusó— se reunía con Agustín Lozano, sucesor suyo en la FPF. Carrasco luego fue ministro de Pedro Castillo, confirmando las sospechas de que en la FPF “no solamente existen pugnas deportivas, sino movidas judiciales con tinte político”, sugiriendo que su encarcelamiento “pudo favorecer intereses ajenos.”
Durante la lectura de la sentencia final, el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Trujillo absolvió a Oviedo, tras determinar que “no existen pruebas suficientes que lo vincularan como autor mediato de los homicidios de Manuel Rimarachín Cascos y Percy Waldemar Farro Witte.” Finalmente, en abril de 2025, la Segunda Sala Penal de Apelaciones de La Libertad confirmó por “unanimidad” este veredicto, ratificando su inocencia y determinando que “la Fiscalía nunca logró presentar pruebas sólidas de cargo, ni corroborar los testimonios de los colaboradores eficaces”. Concretamente, el Poder Judicial denunció el uso indebido de la colaboración eficaz, desaprobando la actuación del exfiscal Carrasco Millones —vinculado a Pedro Castillo Terrones—, quien lideró aquella acusación; disponiendo que “se investiguen las razones por las cuales se ‘construyó’ este caso con indebidos mecanismos arbitrarios”.
La acusación de asesinato contra Edwin Oviedo acabó con su absolución total en dos instancias: una, del Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Trujillo el 22 de agosto de 2024, “porque no existían pruebas suficientes que lo vincularan como autor mediato de aquellos homicidios”; y otra, en abril de 2025, de la Segunda Sala Penal de Apelaciones de La Libertad, ratificando unánimemente la sentencia de abril de 2025, al precisar —reafirmando su inocencia— que “la Fiscalía nunca presentó pruebas de cargo sólidas ni corroboró testimonios de los colaboradores eficaces; y el Poder Judicial criticó el abuso de la colaboración eficaz, censurando la actuación del exfiscal Carrasco Millones, quien lideró aquella acusación; y finalmente ordenó investigar las razones por las cuales este construyó su caso con mecanismos arbitrarios indebidos”.
La acusación de asesinato contra Oviedo —de la que fuera absuelto en dos instancias judiciales— exhibe las irregularidades, inmoralidades y riesgos que deberá soportar toda persona denunciada por intereses bastardos, porque acabarán afectando severamente su vida y salud.
Esto reconfirma las sospechas sobre la independencia del Poder Judicial, vía una clara inconducta de ciertos jueces, y los abusos criminales de la Fiscalía para satisfacer diferencias personales. La absolución de Oviedo no solo lo reivindica legalmente, sino que conmina a revisar la actuación de ambas instituciones de nuestra Justicia.

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