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Aumentan los feminicidios

Fecha Publicación: 01/03/2019 - 21:50
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Es noticia de todos los días. Los feminicidios en el país aumentan ante el estupor de la población. Al parecer, no hay cómo detenerlo. Las autoridades competentes en proteger la seguridad de las personas dicen hacer lo suyo, existen políticas de lucha sobre la violencia contra la mujer, se sabe de esfuerzos quizás desarticulados de organismos diversos por combatir la violencia, pero nada de ello está logrando los resultados que se espera. Ya casi es un lugar común que los titulares de portadas informativas de los medios den cuenta, cada mañana, de un nuevo feminicidio o intento de este delito. La realidad nos desborda por todos los sentidos.

Dice el Ministerio de la Mujer, en su reporte estadístico, que el feminicidio “es la muerte de las mujeres por su condición de tal, en contexto de violencia familiar, coacción, hostigamiento o acoso sexual; abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que confiere autoridad a la persona agresora; y en cualquier forma de discriminación contra la mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación conyugal o de convivencia con la persona agresora”. Es el contexto.

Según dicho reporte a enero de este año, los casos de feminicidio atendidos por ellos en esta última década llega a          1,165 víctimas en niveles estadísticos que fueron en aumento, salvo el año 2013 que el número de feminicidios llegó a 131, cifra, sin embargo, inferir a los registrados en los últimos años. El 2018 cerramos el año con 149 muertes por feminicidio, según estadísticas registradas por el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de la Mujer. Creemos, sin embargo, que estas cifras se quedan cortas con otras registradas por organismos no gubernamentales que siguen estos casos o la estadística que maneja la propia Policía Nacional.

Tenemos conocimiento de jornadas de sensibilización a la población desarrollada por trabajadores del Ministerio de la Mujer que resultan, pese a todo el esfuerzo desplegado, insuficientes para evitar esta ola de delitos contra las mujeres en el país. Sus facilitadoras, hasta donde sabemos, recorren casa por casa, durante los días de campaña, los barrios más populosos de Lima y también de provincias. Igualmente, el Poder Judicial, tiene un Módulo Judicial Integrado en Violencia de Género, que atiende las 24 horas del día las denuncias por agresión física y psicológica ocurridas en la zona sur de Lima. El esfuerzo es grande, pero aún así la realidad de los hechos nos enrostra la cruda estadística de delitos en aumento.

Las regiones con mayor registro de víctimas de feminicidio, atendido por el Ministerio de a Mujer este año han sido Junín, Puno y Callao y en el registro acumulado de la última década tenemos a Lima Metropolitana, Arequipa, Junín, Puno, Cusco, Ayacucho y La Libertad con los más altos índices de feminicidio registrados, en ese orden. Y las modalidades más recurrentes utilizadas por los asesinos han sido el acuchillamiento, estrangulamiento, arma de fuego y envenenamiento, según reporte oficial del Ministerio de la Mujer. El 92 % de las víctimas se hallan entre las mujeres adultas y el 8 % entre las niñas y adolescentes. El mayor registro de feminicidios se da entre las parejas que son convivientes o  casadas formalmente, seguido de los ex esposos, convivientes, o enamorados.

Los medios de comunicación juegan también un rol importante en estos hechos. Sin proponerlo, se convierten en portadores de mensajes machistas y sexistas que lejos de empoderar a las mujeres, las convierten en objetos de uso y de atracción solamente. Ello se ve hasta en la modalidad cómo presentan las noticias en actos de feminicidio. Estos hechos son reducidos a simples “crímenes pasionales” en los que los asesinos no son culpables de la violencia contra sus víctimas, sino son presentados con eufemismos que no contribuyen al señalamiento cabal del delito.