Autonomía estratégica
El escenario más extendido de una guerra es el de la propaganda, la que alcanza a sectores menos preparados para entender la causa y consecuencias de los conflictos. Una actitud dominante de la propaganda es la de poner a muchos en la obligación de elegir entre el bien y el mal.
La estrategia mas simple es la de personificar al mal. Ahora le toca a Putin, a quien después de veinte años de trabajo con Occidente, se le asigna toda la responsabilidad de la desgracia en Ucrania. Este método de dar nombre al enemigo tuvo éxito a partir de la Segunda Guerra Mundial, y se repitió en muchos conflictos en los que se condena a un hombre malo. Así el político -aun fracasado o equivocado- puede aparecer frente al malo como el bueno, aun cuando se sabe que las guerras son una suma de desaciertos.
La Segunda Guerra Mundial fue consecuencia de la Primera. ¿Quién fue responsable de la Primera? Esta última tampoco trajo paz duradera . Si bien algunos conflictos se trasladaron a otras regiones, sus consecuencias hacen temer ahora a una Tercera Guerra Mundial. Las potencias de Occidente pactando con los bolcheviques permitieron en la Segunda Guerra Mundial la expansión del comunismo. En el Perú la bandera roja sigue causando muchos estragos, en miles de muertos y un trauma ideológico que aparece en diversos actores políticos.
Alemania -de donde escribo- es el pais que mayor contribución ha efectuado a Ucrania. (Estados Unidos ha autorizado gastos por cuarenta mil millones, y Alemania cien mil millones). Esta semana Alemania anunció adicionalmente una donación de mil millones, que se darían mensualmente. Históricamente tuvo presencia para defenderla contra el comunismo. En afán de liberar a Alemania de un dictador, las potencias occidentales no evitaron que parte importante de Alemania y varios países de Europa fueran sometidos a la dictadura soviética.
Hoy los rusos atacantes de Ucrania se jactan de acusar a los ucranianos de nazis. Lo que es una aberración condenable. Las guerras son, lamentablemente, acontecimientos frecuentes en la historia de la humanidad. No es fácil evitar conflictos. Pero sí es posible y necesario conducirlos a una solución, que no solo es cuestión de propaganda. Tal vez la diplomacia nos lleva a una solución pacífica, con el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN y la admisión de Ucrania a la Unión Europea, en tanto que Kiev deje de lado sus afanes con la OTAN.
El presidente de Ucrania acaba de anunciar su propósito de prolongar la guerra, para beneplácito de quienes negocian armas o se benefician con sanciones económicas. La danza de millones sigue en perjuicio de muchos. En el Perú debemos mantener una autonomía estratégica. Tenemos que afrontar problemas aún más graves: inflación monetaria y corrientes migratorias por hambruna. El hambre no tiene preferencias ideológicas ni ataduras políticas. Estamos, como lo predijo el politólogo Javier Gonzales Olaechea, entrando a la Era Disruptiva.
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