¡Basta de cobardías, señores!
La Fiscalía de la Nación, controlada por los “gorritis” y demás sujetos adictos a la cultura caviar, es, hoy por hoy, la mayor enemiga de los ciudadanos de este país. Según estadísticas publicadas y no desmentidas, entre los meses de enero y septiembre de lo que va del año, el Ministerio Público ha puesto en libertad a más de mil seiscientos malandrines, basándose en acuerdos llevados a cabo nada menos que con las víctimas de los criminales; y en otros casos, porque sencillamente los fiscales decidieron archivar los procesos iniciados contra los delincuentes apresados in fraganti por la Policía Nacional.
Esto, amable lector, no solo sería un atentado contra la sociedad entera, sino una intolerable burla al desesperado reclamo de la población para que el Estado ponga fin a la insufrible inseguridad; aparte de ser un serio desplante al gobierno, que —en nombre de millones de peruanos— alega estar trabajando para controlar semejante amenaza contra la población entera. Desde todo punto de vista, la conducta del Ministerio Público resulta no solo negligente, sino que incluso daría la impresión de que la Fiscalía estaría jugando a favor del pérfido cerebro gris de las izquierdas, que conduce estos atentados para trasladar a nuestra sociedad al extremo del terror, y así conseguir finalmente dominarla, para establecer aquí un régimen de gobierno totalitario, tal como lo ordenan el Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo.
De otra manera, es incomprensible que, en medio del caos y el terror en que vive nuestra sociedad, el Ministerio Público continúe liberando a decenas de detenidos en flagrancia por la Policía Nacional, aduciendo que llegó a “acuerdos pactados” con los maleantes para archivar sus casos.
Para nadie es un secreto que la citada institución —también conocida como Fiscalía de la Nación— es, desde comienzos de siglo, un instrumento ilegítimo al servicio de la mafia caviar, para controlar tanto a los poderes Legislativo como Ejecutivo, en virtud de un enmarañado artilugio de chantaje legalizado, ejecutado a través del Poder Judicial. Repetimos: resulta inaceptable que, según informaciones filtradas desde el propio Ministerio Público, alrededor de medio millar de hampones detenidos en flagrancia recientemente acabaran siendo puestos en libertad “tras haber llegado a un acuerdo con las personas agraviadas”; y que a otro tanto se les archivarían los procesos judiciales previstos en el expediente, no obstante tratarse de crímenes sexuales.
Esta permisividad, característica de aquella estirpe caviar que, hace demasiado tiempo, amable lector, viene destruyéndonos moralmente, y sociológicamente sigue dominando a nuestra Fiscalía de la Nación. Esto no debemos tolerarlo un día más. Un grupúsculo de pervertidos no debe seguir satisfaciendo su hambre de poder, a costa de acabar con la estabilidad emocional —inclusive vital— de la inmensa mayoría de peruanos.
Ya basta de tanta cobardía por parte de la inmensa población nacional, que deja pasar, deja hacer lo que les da la gana a estos presumidos caviares que siguen insistiendo en conquistar el gobierno de nuestro país por la puerta falsa.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.