¡Basta de premiar la mediocridad!

No hay forma elegante de decirlo: la designación de Raúl Pérez Reyes como ministro de Economía y Finanzas es un insulto a la inteligencia del país. ¿Qué ha hecho este personaje para merecer el control de la economía nacional? Nada. ¿Qué dejó en su paso por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones? Un desastre monumental. Su gestión fue un monumento a la ineficiencia, a la irresponsabilidad y, lo que es peor, a la indiferencia absoluta frente a la corrupción que carcome al MTC desde hace años.
Mientras delincuentes disfrazados de empresarios seguían ganando licitaciones millonarias con documentos falsificados y componendas escandalosas en Provías Nacional, Pérez Reyes se dedicaba a mirar al techo. ¿Incapacidad? ¿Complicidad? ¿Ambas? El resultado es el mismo: impunidad, caos y millones del Estado en manos de mafias enquistadas.
Bajo su gestión, la Dirección General de Aeronáutica Civil se convirtió en tierra de nadie. CORPAC no resolvió ni los problemas más básicos de la pista del Jorge Chávez. La apertura del nuevo aeropuerto internacional quedó como otra promesa vacía. Y mientras tanto, en las calles, el transporte público fue abandonado a su suerte, expuesto al sicariato, al abuso, al desorden y al desgobierno. Ni una palabra, ni una acción, ni una sola señal de liderazgo.
Pérez Reyes se fue del MTC como llegó: sin pena ni gloria, pero dejando un incendio encendido. Y ahora, como si esto fuera una república bananera, lo premian con la cartera de Economía. ¿Qué clase de castigo es este para el país? ¿Qué pecado hemos cometido los peruanos para merecer esta afrenta?
Los rumores son fuertes: que su esposa, puertorriqueña, es muy cercana a Keiko Fujimori; que responde a encargos de Palacio; que está ahí para ayudar a justificar aumentos de sueldo bajo la mesa. ¡TODO HUELE MAL, MUY MAL! Pero, incluso sin entrar en el terreno del chisme político, la realidad es clara: no tiene ni la preparación técnica ni el respaldo moral para estar donde está. Punto.
La economía no puede quedar en manos de un funcionario que dejó una institución hecha pedazos. No se puede seguir premiando la mediocridad, la omisión y la sospecha con ministerios clave. Esto no es una democracia saludable: esto es una burla descarada.
¡YA BASTA DE TANTA BASURA DISFRAZADA DE TECNOCRACIA!
¡BASTA DE CONVERTIR LOS MINISTERIOS EN AGENCIAS DE FAVORES POLÍTICOS!
¡BASTA DE JUGAR CON EL PAÍS COMO SI FUERA UNA PIÑATA DE IMPUNIDAD!
El Perú no puede seguir siendo un experimento de los incapaces ni el botín de los vivos de siempre. Raúl Pérez Reyes no debería estar al frente del MEF, debería estar rindiendo cuentas ante la justicia y ante el pueblo que hoy lo repudia.
Necesitamos menos Pérez Reyes y ¡MÁS PEPE MUJICA! Un hombre austero, íntegro, coherente. Gobernó con el ejemplo, sin enriquecerse, sin blindajes, sin mentiras. Vivió como hablaba: con humildad y entrega al prójimo. Mujica demostró que la política puede ser decente, humana y justa. Ojalá los politiqueros de turno tuvieran una pizca de su dignidad.
He dicho.

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