ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Bazán y yo

Imagen
Fecha Publicación: 11/07/2025 - 21:00
Escucha esta nota

Al otro, a Bazán, es a quien se le ocurren las cosas. Por supuesto, las frases del título y del inicio del artículo son paráfrasis del texto corto de Jorge Luis Borges titulado “Borges y yo”, cuya frase de inicio es “Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas”. Este artículo tiene dos claves, una teórica, y otra que podríamos llamar empírica. La primera, la teórica, se encuentra en el trabajo de Michel Foucault, titulado “¿Qué es un autor?”; y la segunda, la empírica, se encuentra en el citado texto breve de Borges, titulado “Borges y yo”. El objeto del artículo es tratar acerca del autor como una entidad cuya construcción es propia de la función del discurso, y al margen de la propia experiencia vital de la persona que escribe. El enfoque está dado por la idea foucaultiana de que “la función-autor es característica del modo de existencia, circulación y funcionamiento de ciertos discursos en el seno de una sociedad”; y, por la experiencia borgiana que dice “Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario bibliográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar”.
El “autor” es un “actor”, es una función del propio discurso construido. Es un sujeto construido a partir del distanciamiento entre el autor como construcción identitaria, y la persona real y concreta que escribe. Una cosa es la función-autor, y otra es la experiencia vital del individuo que escribe. Algo más: Es necesario hacer la distinción entre los distintos trabajos de un autor. Pues, nos vamos a encontrar con aquellos textos que son asignables a su función-autor; y, con aquellos textos que, como este artículo, parecen híbridos, pues se cierne la duda de que si son o no son asignables a la función autor-actor. Borges, en su texto citado, dice “No sé cuál de los dos escribe esta página”. En mi caso, sí identifico cuándo es el otro Bazán, el autor como actor, el que escribe ciertos prólogos, y artículos, pero no sé cuál de los dos Bazán escribe este artículo. Por ejemplo, mi prólogo al libro del presidente de la república Manuel Merino de Lama, titulado “El verdadero golpe”, y todos mis artículos sobre los caviares, son escritos en mi función autor-actor. Es más, son escritos en mi función autor-actor político. Entonces, me tiene que ocurrir una cierta bifurcación de mi ser, y hasta un cierto abandono, y hasta olvido, de los artículos que han cumplido su proceso literario de publicidad y crítica. Es que, este oficio escritural es así: Guardando todas las distancias, me tiene que ocurrir como a Foucault, a Borges, y también como a aquellos articulistas que escriben en lenguaje de segundo orden e intentan construir enfoque. Simple y llano: Bazán y yo.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.