¡Bellido calumnia a Expreso, diario independiente!
¡EXPRESO está en la mira del régimen comunista! No es novedad. Los rojos detestan a la prensa libre. ¿La razón? Les impide operar soterrados, agazapados, trapichando todo el día a fin de conseguir lo que persiguen para atornillarse para siempre al poder. Pero el periodismo tiene otra misión. ¡Y EXPRESO la enarbola a tope! Esta obligación es la de informar todo lo que se conozca que ocurre alrededor del gobernante a cargo de manejar los destinos de 32 millones de peruanos. Ese poder se llama el Estado. Lo componen tres entidades: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Y desde arriba hacia abajo, nuestro compromiso es enterar al lector sobre todo hecho que ocurra en las múltiples dependencias públicas. ¡Justo adonde administran su vida y hacienda, amable lector!
El primer ministro Guido Bellido, personaje caricaturesco plagado de bromas en doble sentido (y de muy mal gusto) –que se hace el tonto sin tener un pelo de ello– fiel a su estilo autocrático advirtió el lunes –sin mencionarlo por su nombre– que EXPRESO crea una noticia falsa para después llamar al Defensor del Pueblo. Bellido se pregunta “¿dónde estuvo la Defensoría todo el tiempo, que viene echando montón de mentiras?” ¿Cómo llega Bellido a tan delirante colofón? Pues fabulando, alucinando, inventando. Porque las veces que EXPRESO se ha referido a él lo ha hecho basado en hechos; en pruebas inobjetables que, sencillamente, el premier preferiría esconder. Pero esa no es la responsabilidad de la prensa libre. Todo lo contrario. Su cometido es hacer que la opinión pública sepa la verdad. Barbaridades como las dichas y escritas por Bellido, nos dan la pauta sobre lo que pretende imponerle al país al amparo de la fuerza. Pruebas irrefutables que traen abajo las pataletas de Bellido, insinuando que EXPRESO publicó noticias inexactas suyas. Pero ayer aclaramos su yerro publicando varios tuits ofensivos suyos y describiendo su video apologético al terrorismo.
El perfil más próximo a la personalidad de Bellido aparece en el diario El País (habla sólo con la prensa socialista extranjera). Dice: “La discriminación más grande es que a los hijos de los campesinos nos quieren prohibir ser ministros, ser presidentes, porque eso está reservado para una clase (…) El Perú en este momento no está preparado para cambios culturales chocantes. Hay que persuadir a la mayoría. Si en referéndum deciden, perfecto (,,,) Mucha gente quiere decir que el sistema de gobierno cubano (y venezolano) no es democrático. ¿Quiénes somos nosotros para decir que no es democrático? Si ellos han determinado un sistema de Gobierno hay que respetarlo”. Finalmente, jactándose de ser un iluminado resumió: “Con nuestra victoria se fortalece la humanidad”.
Bellido transpira complejo de inferioridad –estrategia del comunista para victimizarse– quejándose de “discriminación”. ¡No señor! Si estuviese profesionalmente capacitado, cívicamente entrenado, moralmente preparado nadie cuestionaría que, como cualquier peruano, asuma el rol de gobernante, de ministro y/o alto funcionario del Estado. Pero no es su caso, señor Bellido. Usted, como premier, no sólo tiene serios impedimentos legales y cuestionamientos académicos. Eticamente, también carece de certificados.
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