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Bienvenida al APRA

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Fecha Publicación: 03/02/2023 - 23:00
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Una señal de esperanza para nuestra desamparada sociedad -gobernada hace una década por sujetos desalmados y sin doctrina; basados en la corrupción en connivencia con grupúsculos ideológicos guiados por el odio, engaño, chantaje la violencia y venganza, como los miserables caviares- es que el APRA vuelva a la vida política. Marginada por la plaga caviar, creadora de mitos destructivos -como aquel mal llamado fujiaprismo que jamás existió, sino únicamente en la mente de los extranjerizantes gorritis y compañía- al APRA la caricaturizaron de derechista -pensamiento que, por lo demás, nada tiene de malo- con el afán de enrostrarle todos los males del país; conjuntamente con el fujimorismo, bautizado de ultra corrupto por los caviares. Es decir, los dos mejores gobiernos que ha tenido el Perú. Fujimori I salvó al país de la bancarrota más brutal que pueda imaginarse, creada por el neosocialismo velasquista; lo mismo que del terrorismo más feroz generado durante el mismo régimen militar-socialista de Velasco Alvarado.

Por su parte, Alan II desarrolló nuestro país como jamás lo consiguiera gobernante alguno (8% anual en promedio de crecimiento del PBI), reduciendo la pobreza de 52% a 20%. A esto se debió la arremetida de la izquierda caviar contra el APRA y el fujimorismo, en pareja con el comunismo, ligado a sendero luminoso, al cual los caviares revivieran traicionando al Perú con su malhadada comisión de la verdad y otras comisiones para excarcelar a más de tres mil genocidas terroristas condenados inclusive a cadena perpetua. El mito fujiaprismo sirvió de jingle publicitario para encumbrar electoralmente esos candidatos maleables que gobernaron después de la indiscutiblemente exitosa segunda gestión gubernamental de Alan II, que encumbró al Perú a sus mejores momentos históricos.

Usufructuarios de esa campaña de desprestigio -al fujiaprismo- fueron Ollanta Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti, Castillo y Boluarte. Cada uno rodeado no sólo de corrupción -de la que medran los caviares- sino de total falta de experiencia en cuanto al manejo político del país. Los resultados son elocuentes. Progresivamente el Perú vino destruyéndose política, socioeconómicamente mientras los gobernantes enriquecían sus bolsillos y los de sus socios políticos y comerciales.

Otro aspecto fundamental del retorno a la vida política activa del APRA es la calidad de sus líderes -y pares generacionales del estadista Alan García-, como Luis Gonzales Posada, Mauricio Mulder, Jorge del Castillo. Gente experta en el manejo del Estado y el discurrir de la política. Gonzales Posada fue uno de los grandes cancilleres de Torre Tagle; Del Castillo habilísimo primer ministro y Mulder notable parlamentario. Dicho sea de paso este escriba se solidarizó con Mulder tras la perversa campaña que montó en contra suya la llamada prensa parametrada -La República, El Comercio, RPP, canales 2,4,5,8,9 y N- porque dio en el clavo promoviendo la ley que acababa con la corruptela de la muy mal llamada publicidad estatal. En rigor, la compra de línea política de esos medios por parte de gobierno de turno. Algo que más temprano que tarde debe volver a aprobarse para sanear al periodismo nacional. Bienvenido sea el retorno del Apra.