Bienvenido, 2025
El año 2024 termina en unos días. Según el horóscopo chino, fue el “Año del Dragón”. Para la Organización de las Naciones Unidas, ha sido el “Año Internacional de los Camélidos”. En el Perú, se le denominó “Año del Bicentenario, de la Consolidación de nuestra Independencia, y de la Conmemoración de las Heroicas Batallas de Junín y Ayacucho”. Sea como fuere, este año fue para nosotros la continuación de la enorme crisis social y moral que nos legó el golpista Pedro Castillo, hoy en prisión, y que la presidenta Dina Boluarte no ha podido remontar, por lo que la población la sancionó, en reiteradas encuestas, concediéndole apenas un 3 % de apoyo a su gestión, el más bajo registro de todos los tiempos. Así es como ella termina el año.
En el verano, fuimos castigados por el fenómeno denominado Niño Costero, que fue el más intenso de los últimos 20 años. Las condiciones climatológicas adversas sirvieron para poner de manifiesto la ausencia de políticas públicas de previsión, en todos los niveles. A contrapelo de ello, sin embargo, la población afectada del norte, principalmente, demostró tener valor para sobreponerse, hasta el límite de lo imaginable, y sobrevivir. Fueron meses con olas de calor fuera de lo normal, sequías, inundaciones, anomalías de las lluvias, reducción de las temporadas normales de lluvias y extensión de los períodos secos, según lo pronosticó el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú – SENAMHI.
Los males nos llegan de una u otra manera. Ya casi es una verdad de Perogrullo señalar que la inseguridad ciudadana, el empoderamiento de las bandas delincuenciales, cada vez más violentas, han sido, este año, las más grandes preocupaciones de la población, frente a la ausencia de un Estado y gobierno fuertes, capaces de combatir con firmeza y rigor estas lacras sociales que han debilitado fuertemente nuestras instituciones.
Frente a este escenario sombrío, existe, sin embargo —y hay que reconocerlo— otro más optimista y esperanzador que pasamos a señalar. Nuestro país fue organizador y anfitrión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024, que comprendió la ejecución de 280 eventos internacionales, que incluyeron las reuniones de líderes económicos de APEC, la Cumbre Empresarial y once reuniones ministeriales en cinco ciudades sede en nuestro país. Resultado de ellos es que el Perú consiguió el consenso de las 21 economías miembro para adoptar declaraciones que reafirman el liderazgo de nuestro país en el foro de la región Asia-Pacífico, según dio cuenta la prensa nacional e internacional.
“Este es el tercer APEC que organizamos y el más importante por los resultados obtenidos. Tuvimos una meta muy ambiciosa, que son los acuerdos para que productos ingresen a los países, negociar el protocolo fitosanitario producto por producto, procesos que necesitan el impulso político, que normalmente tardan 10 años, y que ahora lo hicimos en solo una semana. Con China hemos firmado el acceso para siete productos, que es algo inédito que en tan poco tiempo te den el acceso, y eso es muy importante”, explicó el titular del MIDAGRI, Ángel Manero.
Dentro del marco de la APEC, estuvo también la inauguración del Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, que potenciará el comercio y ubicará a nuestro país como un centro estratégico y logístico en el corredor marítimo Asia-Pacífico. Sin embargo, dada la magnitud del proyecto, también trae consigo desafíos importantes a los que habrá que hacer frente. “El Puerto de Chancay convertirá al Perú en el primer centro logístico del Pacífico en Latinoamérica, lo que dinamizará la economía, impulsará las exportaciones y generará nuevas oportunidades comerciales. Además, este megaproyecto está generando miles de empleos para la población local”, señaló el titular del MTC.
Tampoco podemos dejar de señalar los resultados de nuestra economía. El Banco Mundial ha referido que “la economía peruana supo afrontar retos como el bajo crecimiento, incertidumbres y necesidad de más inversión. El país, sin embargo, pudo mantener sus principios de estabilidad macroeconómica y de avanzar a un entorno propicio de productividad, empleos y bienestar. En los últimos 20 años, la estabilidad macroeconómica y la apertura comercial, junto con un entorno internacional favorable, permitieron que el Perú se convirtiera en una economía de ingreso mediano alto. Las políticas macroeconómicas sólidas y prudentes se han reflejado en un nivel de deuda pública bajo, amplias reservas internacionales, un Banco Central creíble y un sistema financiero robusto”. Esto me releva de mayores comentarios.
Mis apreciados amigos, Phillip Butters y Wilber Medina, han tenido la gentileza de enviarme copia del acuerdo de colaboración eficaz celebrado por Odebrecht y el Ministerio Público, documento que obtuvieron luego de una larga batalla judicial. Su análisis requiere una amplia reflexión que será compartida en mi próximo artículo.
A mis lectores les deseo un mejor y próspero año 2025.
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