Bolivia: la democracia siempre se defiende más allá de las ideologías
Las movilizaciones militares de ayer en La Paz, Bolivia, contra el gobierno del presidente Luis Arce, buscando derrocarlo, sea porque se nieguen a que Evo Morales se constituya en candidato para las próximas elecciones presidenciales, el pleito de este con el presidente Arce que se ha exacerbado notoriamente, la financiación exógena o de sectores de la ultraderecha boliviana para acabar con la izquierda que hoy yace al frente del poder en el país, o, finalmente, un acto teatral con el objetivo de revitalizar al gobierno, creando estrategia a tono de simulacro para salir a las calles a protestar en defensa de su democracia –todas estas razones aún en el marco de la especulación–, deben ser condenados in extremis, sin importar que se trate de un acto en contra de un gobierno de izquierda o a su turno, de derecha.
El mandatario boliviano ha denunciado el acto nacional e internacionalmente, y ha podido dominar el intento golpista desnudado por los desplazamientos de militares en la Plaza Murillo donde se encuentra la sede gubernamental boliviana, con la evidencia incontrastable de ver a destacamentos militares queriendo ingresar por la fuerza en el recinto del ejecutivo altiplánico.
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos – OEA, Luis Almagro, el flamante presidente de la histórica Federación Interamericana de Abogados – FIA, el jurista boliviano, Marco Antonio García Claros, y en el Perú, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, entre otros, sin conocer los detalles o pormenores de la situación generada y solamente contando a la vista, las evidencias incontrastables de actos completamente irregulares o atípicos por parte de un sector específico de las fuerzas armadas bolivianas, han salido a condenar cualquier intento de golpe de Estado, y eso me parece un completo acierto porque no se puede dar un solo instante de tregua a quienes socavan la vigencia del orden democrático establecido. La voluntad ciudadana debe ser respetada y preservada, sin dubitaciones y sin ideologías.
* Internacionalista y excanciller del Perú
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