Bolivia y la nueva era política de cambios en la región
El resultado de la primera vuelta electoral en Bolivia, ha asegurado que el país vecino no mire hacia atrás. En efecto, de las entrañas de la derecha boliviana, saldrá el futuro presidente altiplánico el próximo domingo 19 de octubre en segundo balotaje, a contracorriente de los últimos 20 años en que la izquierda del país, con Evo Morales, primero, y Luis Arce, después, tuvieron el poder político en sus manos, llevando a los bolivianos a un falso crecimiento, es decir, a una completa falacia económica. La historia política sabe de sus turnos y ahora podría tocar al senador y exalcalde de Tarija, Rodrigo Paz, que ganó el último domingo las elecciones, sin poder conseguir alzarse como presidente, en vista no haber conseguido el 50% más uno de los votos, ni distanciarse del segundo lugar -el expresidente conservador, Jorge Quiroga, con quien rivalizará próximamente-, en por los menos 10% de los votos, siempre que haya llegado al 40% de la aceptación ciudadana, que tampoco alcanzó. El hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), aquel que recibió de Fujimori la facilidad de una salida comercial -sin soberanía- al mar, a través del denominado Bolivia Mar por Ilo, fue la gran sorpresa del escrutinio, y la derrota del Movimiento al Socialismo -MAS-, el resultado histórico más contundente de las elecciones contemporáneas en este país. Los bolivianos han expresado su hartazgo hacia el gobierno del MAS que ha quedado completamente relegado, producto del desgaste y la desilusión por el manejo económico del país al quedar consumado como una completa burbuja. Aunque la victoria final la obtendrá el candidato que muestre menos errores en esta nueva etapa de la campaña, desde el realismo político, veo mejor posesionado a Paz Pereira y no solo por haberle llevado cerca de 6 puntos de diferencia al expresidente Quiroga, si no, porque el aliento de la gente mayoritariamente es por el cambio que muestre lo nuevo para el país, lo que incluye, nuevos rostros en la gobernanza intraestatal. En cualquier escenario, creo que Bolivia ganará pues la amenaza de que pudieran permanecer un instante más en el poder aquellos que han sido responsables de la grave crisis que afronta hoy el país, se ha esfumado. La derrota de la izquierda boliviana confirma la ciclicidad del poder intratestatal, que podría extenderse en la región, donde todo parece indicar que otros países también podrían seguir el decurso boliviano, como Colombia, donde el escenario aparece muy visible por el desastroso gobierno de Gustavo Petro, el primer presidente izquierdista de ese país; Brasil, donde las persecuciones contra el expresidente Jair Bolsonaro, al final jugarían a su favor; y en Chile, donde la izquierda con Gabriel Boric no ha logrado saciar las expectativas que generó a su turno, creando las condiciones para girar hacia la derecha con José Antonio Kast, de la ultraderecha chilena, que viene liderando las encuestas, y Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional mapocha, que oscila por el tercer lugar. En nuestro país, también dominado por el hartazgo, juiciosamente, aun es muy temprano para ver una marcada tendencia.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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