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Boluarte: ¿Camino a radicalizarse?

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Fecha Publicación: 11/10/2024 - 23:00
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Las estadísticas del ministro del Interior son pura baba. A nadie engaña este personaje con esa pose atarantada —y verborrea insoportable— pregonando que “las incidencias criminales han disminuido”. ¡Hombre! ¡Basta de tomadura de pelo! Revise los diarios, noticieros radiales y televisivos; o las redes sociales. ¡Y entérense, señor ministro, señores del gobierno y representantes parlamentarios, que lo que ocurre acá es todo lo contrario! Con razón cada hora el pueblo está más cabreado por semejante incapacidad del poder Ejecutivo y por la inutilidad de nuestros congresistas para resolver un asunto tan grave como esta ola de homicidios que asfixia a los peruanos, dejándolos indefensos ante un festival de robos, extorsiones y asaltos a mano armada.
Las protestas sociales —organizadas inicialmente por transportistas, luego ampliadas incorporando al sector de comerciantes chantajeados por la mafia extorsionadora— obedecen a la falta de protección que está obligado a brindarle el Estado al pueblo ante esta mortífera red de expolio, que hoy impide trabajar libremente sin estar sujetos al pago de cuotas diarias para laborar, afectando la vida y salud de miles (o millones) de peruanos que necesitan hacerlo diariamente para cubrir el sustento familiar.
Evidentemente, el régimen de Dina Boluarte es en extremo improvisado, empírico y pleno de reparos, particularmente por quienes, hasta el 7 de diciembre de 2022, fueron sus compinches. Hablamos de la manada extremista ligada al Sendero Luminoso vía Pedro Castillo. Tampoco olvidemos que Dina Boluarte sirvió a Castillo —sumisa y devotamente— durante todo el tiempo que estuvo en la presidencia, actuando como su vicepresidenta y ministra en dos carteras. En ese mismo orden, recordemos también que Pedro Castillo tuvo como objetivo aplicar el principio marxista de arruinar la economía, como caldo de cultivo del resentimiento social que, una vez instalado, nos llevaría directamente al totalitarismo comunista. ¡Por fortuna, el destino se lo impidió!
Ahora Castillo —quien quiso convertir al Perú en espejo de Venezuela— será procesado por golpista. A propósito, Dina Boluarte no le hace ascos al marxismo. Ella no movió un dedo para impedir que su líder nos llevara, desbocadamente, al precipicio del totalitarismo. Por el contrario, siempre se la vio a su lado; muy aguerrida y siempre muy identificada con la escoria comunista. Tanto que, siguiendo la norma de todo comunista, le encanta el lujo y el boato. ¡Allí relucen sus Rolex, sus pulseras y el descomunal ropero de trajes que se ha mandado confeccionar!
Su final puede ser el mismo que el de su ex jefe, aunque bajo diferente metodología. Lo que viene haciendo Boluarte con este país es reconducirlo a una fenomenal crisis socioeconómica, aderezada por una conmovedora inseguridad social. Está viva su impaciencia por quebrar la economía nacional, inyectándole otros US$700 millones a Petroperú, empresa que ya ha esquilmado a los peruanos con más de US$8,600 millones. Eso, sumado a la indiferencia frente al clamor nacional para que su gobierno erradique la colosal inseguridad ciudadana, son dos atentados que sirven para comprender el perverso plan que estaría preparando Boluarte, adelantándose al esquema caviar/comunista para vacarla.

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