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Boluarte está desacreditada como gobernante

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Fecha Publicación: 07/09/2024 - 23:00
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Por más avances que alcance la ciencia, nunca descubrirá la fórmula para concebir, exactamente, la cuadratura del círculo. El enigma radica en el “factor pi”, que responde a un “número indeterminado (3.14162…)”. Es el mismo factor que impide la existencia de una fórmula mágica –como la que dice tener la mandataria Dina Boluarte– para no ser parte del fraude electoral que ha vuelto a cometer la dictadura chavista, instrumentalizada hace ya un cuarto de siglo por el impresentable dictador Hugo Chávez. El fraude lo ha ejecutado esta vez su heredero, bajo idéntica modalidad. Hablamos del déspota Maduro, otro tirano, aunque más ordinario que su predecesor y padre putativo. ¡Boluarte no tiene cómo ser neutral frente a este golpista! Obviamente, ella –como la calificamos siempre– es una funambulista que transita sobre un cable templado tendido a kilómetros de altura, por el que pretende gobernar a ciegas otros diecinueve meses más. ¡Aunque de gobernar sabe tanto como su partenaire de fórmula presidencial, el golpista Castillo! Mientras tanto, sus camaradas comunistas intentan cortarle la fibra por donde diariamente se desplaza temblorosa. Por tanto, Boluarte necesita concentrarse para saber dónde dar el siguiente paso para sobrevivir; en lugar de andar lavándole la cara a un dictador doloso, asesino como la bestia de Caracas. ¡Por tanto, Boluarte no tiene forma de disimular el dolo electoral de Maduro sin caerse de la cuerda! Podrá intentar disfrazarlo –como hacen sus amigos de la izquierda aglutinados en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla– pero jamás transformarlo en demócrata. ¡Ahí está el factor “pi” al que nos referimos!
Tras el fraudulento conteo de votos en los comicios llevados a cabo el pasado 28 de julio por el dictador Maduro, la presidenta Dina Boluarte y su premier Gustavo Adrianzén, aceptaron todas y cada una de las medidas diplomáticas que adoptó el correcto, ahora excanciller, Javier González-Olaechea. No obstante, a la hora undécima –cuando esta semana el prófugo Vladimir Cerrón Rojas rechazaba el calificativo de fraude y la posición firme y justificada contra Maduro que adoptó el hoy ex ministro de Relaciones Exteriores, Javier González-Olaechea–, subrepticiamente, Boluarte le pidió la renuncia al excanciller. Obviamente, a su primer ministro, Adrianzén, no se le movió un pelo para mentir ante el mundo, diciendo: “El Perú nunca reconoció el triunfo de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela”. ¡Falso! ¡Ni Boluarte ni alguna otra autoridad lo desmintió en ningún momento! Más aún, el ahora excanciller Javier González-Olaechea fue uno de los primeros cancilleres americanos en reconocer a González Urrutia. “Perú reconoce como presidente electo de Venezuela a Edmundo González”, repitió una y mil veces aquí, ante la OEA y la prensa internacional; agregando que, ante el fraudulento proceso electoral de Venezuela, el Gobierno del que era canciller “no apoya a regímenes dictatoriales”, en obvia referencia al caso venezolano.
Ante semejante temeridad —licenciar a González-Olaechea—, Boluarte se ha auto descalificado como gobernante y demócrata. ¡Todo por quedar bien con su jefe: el procubano y marxista Vladimir Cerrón!

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