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Boluarte sin un equipo político en la cancha

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Fecha Publicación: 02/11/2023 - 22:20
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El actual escenario político peruano, caracterizado por una alianza implícita entre el Ejecutivo y el Legislativo, de alguna forma asimétrica, en tanto el Ejecutivo no cuenta con una bancada parlamentaria, parece haber generado un estado de confort para el gobierno en el que predomina la idea de que puede funcionar valiéndose únicamente de un equipo técnico.

Esta idea, obviamente, no es correcta, ya que se requiere de habilidades políticas y una comunicación efectiva para orientar y retroalimentar adecuadamente las políticas públicas.

Se podría decir que, actualmente, la presidenta Dina Boluarte se enfrenta a un desafío distinto al clásico conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo que ha marcado gran parte de la historia republicana del Perú: la falta de un equipo político sólido que pueda representar al gobierno de manera eficiente y segura, tanto ante la población como ante los actores políticos del país.

Si bien muchos de los ministros tienen competencias técnicas ejemplares, la realidad es que los cargos políticos demandan habilidades específicas que van más allá de lo meramente técnico. Estos funcionarios deben ser una especie de escudo para el gobierno y tienen que tomar decisiones estratégicas y contundentes, lo cual requiere un verdadero liderazgo político.

Hay temas que afectan a todos los peruanos, como la seguridad ciudadana, que no se ha resuelto con estados de emergencia sin planes de desarrollo concretos ni en el marco de una política integral; la minería ilegal, que contamina, mata, esclaviza y genera zonas sin Estado, que se ha extendido por todo el país y con la cual el gobierno parece no querer enfrentarse después de las violentas protestas a principios de año; y la inseguridad alimentaria que ha empeorado debido al fenómeno del Niño y la inflación mundial, algo trágico asumiendo que 40.9 % de niños de 6 a 35 meses de edad a nivel nacional tienen anemia y 11.5% desnutrición crónica.

Estos y muchos otros temas requieren de una autoridad que pueda asumir la responsabilidad y el costo político de las decisiones acertadas y desacertadas.

Es evidente que pocos ministros reaccionan y se comunican de manera efectiva desde el ámbito político, ofreciendo transparencia y rendición de cuentas de manera eficaz. Esta carencia debilita la imagen y la credibilidad de aquellos ministros que están constantemente en el ojo público, ya que toda la responsabilidad recae sobre sus hombros, lo cual afecta directamente la confianza que el gobierno proyecta en su conjunto.

Un caso paradigmático es el del ministro de Economía, cuya constante exposición mediática ha erosionado su credibilidad, especialmente en el manejo de información económica sensible. La reciente admisión de que el Perú se encuentra en recesión, un tema ampliamente advertido en meses anteriores pero negado por el Ministerio en entrevistas televisivas y titulares, ha acentuado la pérdida de imagen tanto del Ministro como del gobierno en el ámbito económico.

Es interesante observar que, en gobiernos anteriores, los ministros de Economía rara vez se exponían tanto, debido al carácter estratégico de su papel en la definición y distribución de recursos. A pesar de que esta tendencia de sobreexposición ya se vislumbraba en el gobierno de desintegración nacional de Pedro Castillo, el actual ministro se enfrenta a una mayor exposición mediática.

Esto se debe a la falta de voces políticas efectivas en el gabinete, que no pueden ser directamente la presidenta ni el PCM. En este sentido, la preponderancia del Ministerio de Economía en la gestión pública peruana lo convierte en la única voz representativa sobre las acciones y planes del gobierno. Ante la falta de una actuación política efectiva por parte de los otros ministerios, la atención se desvía hacia el Ministerio de Economía: el vacío siempre se llena.

Para recuperar la confianza no solo de la población, sino también del sector empresarial, tanto nacional como internacional, es imperativo evaluar la efectividad del equipo ministerial. Esto implica una revisión integral de las estrategias de comunicación, la transparencia en la gestión de información y una evaluación exhaustiva de las decisiones tomadas.

La administración de la presidente Boluarte necesita contar con un equipo político sólido y competente para enfrentar los desafíos actuales. La recuperación de la confianza no solo es vital para la estabilidad interna, sino también para mantener relaciones favorables con actores nacionales e internacionales.

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