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A buen recaudo

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Fecha Publicación: 03/02/2023 - 22:30
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Acabó enero y la inversión está paralizada. La Cámara de Comercio de Lima mide el pulso económico de la debacle y nos dió unas cifras de espanto.

El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) advierte que 230 mil puestos de trabajo se encuentran en grave peligro. Recordemos que vamos más de un mes en crisis constante y a este ritmo ningún bolsillo (ni espíritu) puede aguantar.

El Banco Central de Reserva informó que en enero de 2023, los indicadores de expectativas empresariales y de situación actual se deterioraron. ¿Esto es una novedad? No. Era de esperarse. Triste pero cierto.

Una nueva elección se daría este año o quizás el otro, esto implicaría incertidumbre. Si a ello se suma los gritos que piden Asamblea Constituyente, más incertidumbre. Contexto internacional económico complejo (por ser positiva), aún más incertidumbre. Con esta realidad, ¿cómo pretenden que nuestros espíritus estén elevados y apostemos más dinero?

Si esto pasa en Lima, imaginen lo que puede estar cruzándose en las mentes de los empresarios de Cusco, Puno o Arequipa. Historias de terror.

La protestas por el adelanto de elecciones podrían generar pérdidas económicas hasta por US$ 1 100 millones en el primer trimestre del 2023, lo que impactará directamente las ganancias de hoteles y restaurantes. Escuchar el vídeo que dio vueltas en Lima, donde Blanca Chávez, presidenta de la AHORA, pide ayuda para su sector deja un halo de tristeza pero también de indignación. No es justo que las personas que apostaron por nuestro país, hoy sufran la pérdida de todo.

Imaginando que el camino para una Asamblea Constituyente gana terreno y se convierte en una triste realidad, ¿Los peruanos somos concientes de lo que cuesta? El Diario Financiero de Chile informó que a nuestros vecinos les costó US$ 22 mil millones. No podemos decir que les salió barato a los chilenos, sino todo lo contrario aún más teniendo en cuenta que el resultado no satisfizo a nadie.

¿Estamos dispuestos a correr el mismo riesgo y gastar ese dinero en ello y no en mejorar la infraestructura educativa que se cae a pedazos? Hoy nuestra brecha en infraestructura educativa, se estima en S/ 152,447 millones. Una vergüenza que tiene su explicación en la pésima ejecución presupuestaria de los gobiernos regionales. La salida de caja seguirá sí o sí, las elecciones del 2021 nos costaron a los peruanos S/613,350.828 que salieron de nuestros impuestos.

Todo ello cuando el peruano de a pie sufre una inflación que se ha estacionado por encima del 8%, comportamiento que se alcanzó en el mes de mayo de 2022 (8,09%) y el fantasma del desempleo pasea libremente no solo en el Perú sino en el mundo. Recordemos que a nivel global se estima que habrán 208 millones de desempleados durante este 2023, por encima de los niveles prepandemia.

¿Cómo podemos guarecernos ante esta crisis? Está difícil y los inversionistas comienzan hacerlo. La alerta les llegó cuando la agencia calificadora de riesgo Moody’s cambió la perspectiva de la calificación de riesgo en Perú, de estable a negativa, debido a que los conflictos sociales han intensificado las amenazas contra la gobernabilidad y su fortaleza económica. Era la tercera que lo hacía. Que Dios nos ayude.