Cal y arenas en la selva
La noticia principal debió girar sobre el análisis del “informe semestral” presentado al alimón por quien ejerce la Presidencia de la República y el premier. Empero, fueron tales las generalidades, la danza de miles de millones de soles en inversiones y gasto público sin acreditar resultados, amén de la supina falta de autocrítica y otras omisiones que, mejor, aguardamos hasta las Fiestas Julianas en que deberá pronunciarse constitucionalmente ante el Congreso el Mensaje a la Nación. Esperamos que, para entonces, haya menos autobombo y más realismo, sobre todo si lo que se busca es completar el mandato hasta el 2026.
En cambio, preferimos destacar que, para variar, nuestra región amazónica mereció la semana que pasó ser el centro de atención gracias a la celebración en Iquitos los días 8 y 9 de este mes del IV Congreso de Emprendedores Amazónicos.
El evento que contó con la concurrencia de la primera mandataria y del locuaz presidente del Consejo de Ministros tuvo por finalidad propiciar la unión de los sectores económicos y sociales público-privados y establecer estrategias comunes que permitan impulsar y acelerar el desarrollo sostenible e inclusivo de la Amazonía con visión al 2050. Sin embargo, sea por la maldición que nos persigue o de manera deliberada esta exitosa convocatoria terminó opacada y pasada a segundo plano por un acto criminal.
En efecto, unos días antes indígenas miembros de la llamada asociación AIDECOBAP, capturaron dos embarcaciones fluviales de la Empresa Petrotal cargadas con barriles de petróleo fundamentales para el abastecimiento loretano y secuestraron a su tripulación. Al pergeñar estos renglones, el grave hecho con finalidad extorsiva no se encontraba resuelto y la Fiscalía competente ha abierto la investigación preliminar del caso mientras las autoridades y las partes implicadas de la zona procuran la solución del desaguisado. Lo que debió ser una semana exitosa para la Amazonía peruana terminó manchada por la implacable ley de la selva.
Quizás exageremos, pero no creemos que este deplorable suceso sea algo aislado o desligado del fructífero Congreso llevado a cabo, máxime cuando uno de los auspiciadores del mismo es Petrotal y los responsables de la comisión delictiva son precisamente contrarios a los términos de la iniciativa del Fondo 2.5 de desarrollo social impulsado por la empresa petrolera de marras. Una lástima que este lamentable conflicto sea hoy la imagen que sobresale de la querida Selva peruana. Otro motivo más para reclamarle por enésima vez al cuestionado régimen de turno que haga prevalecer el principio de autoridad y el orden interno en el país tan peligrosamente venido a menos en estos tiempos. ¡AMÉN!
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