¡Cambiar y actuar, el reto urgente del Perú!

Sean mis primeras palabras para agradecer el honroso cometido recibido del director Diario Expreso al conceder el privilegio de expresar mis ideas a través de un valioso espacio en sus ediciones habituales, tendré el honor de llegar con mis palabras a los amables lectores, comprometiéndome a conservar mi indeclinable misión de despertar vuestro interés con la verdad y la justicia, abordaré temas cruciales y desafiantes de nuestro amado Perú con la absoluta libertad de pensamiento, siempre seré celosa en defender los derechos vulnerados, especialmente de aquellos hermanos cuyas causas legítimas siempre terminan siendo invisibles para el Estado.

Apelaré a vuestra indulgencia si el sentido de mis palabras al interpretar la realidad que hoy encaramos no esté despojada de la genuina indignación que me despierta por seguir viviendo procesos continuos e inacabables de esta inicua transgresión en el manejo del Estado peruano.

Un tema que concita mucho interés y corresponde a la coyuntura política y social que vive el Perú son las crisis que vienen erosionando progresivamente la precaria institucionalidad que sostiene al Estado, un catálogo de turbulencias desalentadoras que siguen incubándose en la sociedad peruana, con incertidumbre, desesperanza, escepticismo en el sistema institucional, un desaliento y deserción a seguir apostando por los sueños de nuestra juventud peruana, acompañados de temores y frustración de los padres que continúan optando por enviar a sus hijos a realidades extranjeras, asumiendo múltiples sacrificios económicos para lograrlo, son historias de hijos de peruanos que llevan en su equipaje la tristeza del desarraigo familiar y el talento humano que se va y que continúa perdiendo nuestra patria.

Producto de esta deplorable realidad, los peruanos seguimos atrapados dentro de este círculo corrosivo y perverso que tiene secuestrado el presente y el mañana de nuestra nación, lo que resulta paradójico es que este escenario sociopolítico lleve consigo la marca de nuestra responsabilidad ciudadana, una marca grabada con fuego, sudor y lágrimas en el recuento de los patéticos regímenes gubernamentales que hemos tenido, por ello se hace imperiosa y vital la reconstrucción de un nuevo comienzo en el Perú, empezar haciendo la más profunda autocrítica y asumir nuestro grado de responsabilidad, sea ésta involuntaria o deliberada, por haber concedido el poder a quienes no lo merecían.

¡El PERÚ DE AHORA! requiere de una urgente reingeniería social y política, es vital hacer el viraje que promueva un verdadero proceso de higiene de las organizaciones políticas vigentes e implementar salvaguardas para evitar “vientres de alquiler”, esa distorsión grosera y delictuosa que ha deformado y mancillado el uso pulcro e incorruptible del poder y que debió haber sido siempre la propuesta legítima, digna y decente de la sociedad política peruana.

He dicho.

Por Liliana Humala De La Oliva

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