Cambio de ruta

Es tiempo de cábalas, secretos compartidos, colores necesarios, aguas con hierbas, sal y azúcar para lavarse las manos al medio día y repetir frases a las que se suman cien martingalas adornadas de rezos que prometen ser seguras recetas para convocar amor, dinero, éxito y el avanzar en la vida con más proa y seguridad que el mejor destroyer en combate. Aparecen rondando los últimos días de diciembre como anticipo del año que empezará a correr y suponen llegará para realizar todos los pedidos hechos, a los que también apoyará la fórmula del y un próspero Año Nuevo, condición que por lo que he leído no estará del lado de quienes recurrieron a las mágicas fórmulas que no empleo. Soy de los que cuando dan las doce y nace el nuevo año en la mano tiene una antigua moneda de plata y en el bolsillo un recuerdo del año que partió. Ya pasé por la vuelta a la manzana con la maleta, con la mano derecha tirar sobre el hombro izquierdo trece monedas, de las que nunca me puse tres en la media del pie izquierdo, tampoco comí las doce uvas. Me era más grato dar un abrazo y desear feliz año nuevo.

Es costumbre mía, después de despertar y agradecer, jugar un solitario, si sale digo tendré un día cómodo. Si no, diré, estará un poco lento. En el Google busco el significado del número de la primera y última carta que salieron al tirar el solitario. Suelo encontrar pistas interesantes que me hacen recordar a Zizi Ghenea, gran amiga que en la revista 7 Días, de La Prensa, publicaba su sección Extraño… muy extraño, el tema, especiales relatos y testimonios de casos paranormales, realidades paralelas y ufología. Era imbatible en su extremada precisión con la lectura del café y de la baraja española. Lo sé de primera mano. Conmigo nunca erró. Hace poco volví a recordarla. Estuvo en casa una amiga pintora que tiene predilección por guiarse con la numerología, práctica que ejecuta sumando números. Pregunté si podía darme un aviso. Claro que te lo doy. Pidió ver mis cotidianos dibujos hechos con lapicero de tinta seca y los de punta fina. No siempre tengo memoria de las fechas y situaciones en que los hice. Los vimos en esos cuadernos que he guardado por muchos años. Con calma comentando repitió un par de ellos. De pronto muy seria dice, sí, tienen interés. Busquemos y déjame escoger. Acepté. Separó varios y decantó por los tres que publicamos. Combinó varios números con los de la salida de esta página. Una pausa y dio su veredicto que encontré bastante razonable. Tienes tus Crónicas el 1 de enero del 2024, es el inicio del cambio, del tiempo de recoger lo que has sembrado y mucho en buena tierra. Puedes mantener tu ruta y ampliarla. De acuerdo, digo, me estás dando la explicación del por qué usarlos y de lo que crees traerán.
Aquí están, con ellos les doy mi saludo y mi deseo que disfruten de un muy buen 2024.

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