Cambio urgente
Terrible la semana que pasó. Mientras quien fungió de jefe de Estado dejó los aposentos de Palacio para ocupar la celda en Barbadillo, donde confiamos terminará confinado por décadas, la sucesora constitucional empezó con el pie izquierdo la gestión que al país le cuesta muertos, heridos y destrucción millonaria azuzada por radicales y vándalos protegidos durante el desgobierno castillejo. Poco ha podido hacer el flamante Gabinete ante la falta de reflejos y debilidad iniciales –por usar un eufemismo- de la presidenta y el premier, aunque ya parece que las cosas se van calmando, gracias a la decidida intervención de las FF.AA. en apoyo de la valerosa Policía Nacional que son la primera línea de defensa del orden constitucional junto con la ciudadanía demócrata.
Se acaba de anunciar el necesario cambio del primer ministro y la recomposición del Consejo ministerial, bien por ello, ya que de otro modo el indispensable adelanto de elecciones generales para finales de 2023 o 2024, que habrá que sacarle con fórceps al inefable Congreso, ni siquiera contribuirá al comienzo del fin de la grave crisis que agobia a la Nación.
Por lo menos, un par de buenas noticias frente a panorama tan sombrío. El Gobierno mandó a su casa al jefe de la DINI, con lo que esperamos que el sistema nacional de inteligencia se purgue de toda influencia neosenderista. La otra, aunque simbólica, va en la dirección correcta: el demagógico y falaz logo y frase castilleja que reza “Siempre con el Pueblo”, que aparece obligatoriamente en toda la publicidad y comunicación gubernamental se manda al tacho y, en su reemplazo, la nueva estrategia pública se orientará, entre otros, a promover el crecimiento económico con inclusión social, la unidad nacional y la lucha contra la corrupción. Habrá que creerle –por ahora- a doña Dina. ¡AMÉN!
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