Camino trazado
Fue suficiente ver, hace poco, un vídeo en el programa Panorama de Panamericana televisión para recordar que doña Susana Villarán, ex alcaldesa de Lima, tiene un caso pendiente con la justicia. Si ella misma lo había admitido, públicamente, que recibió dinero de una organización corrupta para su campaña de reelección en el municipio limeño, sin mostrar mayor arrepentimiento. El silencio que conduce todo al olvido, amenazaba que éste también correría la misma suerte, con la inexplicable quietud de las autoridades que llevan el caso, de no ser porque hay prensa independiente en el país que puso en agenda este hecho que, por los años transcurridos, parecía un escándalo destinado al olvido, debido a su extraña lentitud con la que avanza por los pasillos de los organismos encargados de investigar y sancionar a quienes hayan cometido el delito.
El vídeo del que hablamos puso al descubierto que la señora Villarán nadaba plácidamente y de buen ánimo en la piscina de su casa de playa en el balneario de Punta Negra, aunque ella había declarado ante el juez que vivía en un Pueblo Joven, mientras su caso por un supuesto acto de corrupción, se halla en la primera etapa de un largo camino por recorrer, dentro de un proceso judicial donde la Fiscalía ha pedido 29 años de prisión efectiva por los delitos de lavado de activos, asociación ilícita, colusión, falsedad genérica y falsa declaración en procedimiento administrativo. Ella es acusada de liderar una organización criminal.
La exalcaldesa nos dejó unos peajes que son un dolor de cabeza y más que eso, son una tortura para quienes habitamos en Lima, tanto que una de las prioridades del actual alcalde, Rafael López Aliaga, es resolver el problema por provenir de un acuerdo manchado de corrupción y que en nada beneficia a la población y menos al municipio, según lo ha señalado en todos los foros. El delito que se cometió, y que nos perjudicó a todos, deberá ser investigado y sancionado con la ley. No debe haber impunidad para nadie. Y menos en este caso en que la señora Villarán ya confesó del dinero recibido, en la que hay testimonios de colaboradores y todo es previsible corroborar. No tiene que haber excusa alguna para dilatar el proceso. Veremos.
Por otra parte, la cuenta regresiva para ver la decisión final de los congresistas en el caso de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia va llegando a su fin. Al parecer el caso se vería en el Pleno de la semana que viene. Si se mantiene la proporcionalidad de los votos emitidos en la Comisión Permanente, sería más que probable que todos los consejeros serán destituidos de sus cargos, a menos que la posición de las bancadas favorables a esta medida extrema varíe y la posición se pueda mantener sólo para algunos de ellos. O para ninguno. En el congreso y los acuerdos políticos todo puede ocurrir. Lo imprevisible es el común denominador en este poder del estado y más todavía si se tiene en cuenta la cantidad de bancadas existentes que hace difícil prever una línea de conducta.
Y en cuanto a lo que ocurre en el Ministerio Público también es de cuidado. Los problemas se acrecientan al interior de dicho organismo y las investigaciones ya anunciadas contra fiscales supremos, incluido al periodista Gorriti de la ONG IDL Reporteros, podrían concluir con decisiones y revelaciones sorprendentes, cualquiera sea el caso. Hay incluso, en el congreso de la República, varias iniciativas, una de Renovación Popular y otra de Perú Libre, proponiendo reorganizar el MP o declararlo en emergencia. Tema que trataremos inextenso la próxima semana.
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