¿Candidato Fujimori?
Es seguro que el desconocido rector de la Universidad Agraria en el año 1985, no soñó jamás con ser el parteaguas de la política peruana desde 1992 hasta hoy. Ideologías aparte, la opinión pública ha sido manipulada hacia una larga polarización en torno a glorias y vergüenzas del fujimorismo. Fujimori tan solo quiso ser senador, pero para hacerse conocido candidateó a presidente. Desde entonces, la presidencia de la República es una lotería, pues los dioses del inframundo que manejan la información, el dinero, y los medios, favorecerán a cualquier candidato alternativo tan solo para evitar que ganen Alberto o su hija Keiko.
Alberto Fujimori sí está mal de salud, por lo que no podrá participar activamente en una campaña electoral, pero su solo nombre inspira pasiones y puede convocar, además de su “voto duro”, a parte importante del voto antisistema, de gente no ideologizada que vota contra el establishment y contra el centralismo. Podría restarle valiosos votos a Antauro Humala, el otrora auto-declarado “mata cabros” y líder de soldados reservistas, ahora aliado a la izquierda anti militar y activista LGTB. Si AF mantiene unidos a sus simpatizantes puede asegurar un cupo en la segunda vuelta, cumpliendo el sueño de los candidatos de la izquierda.
El mayor problema de AF es que, como decía el maestro Luis Bramont Arias, la amnistía es el perdón del delito y el indulto el perdón de la pena. Por eso, sigue siendo un condenado no rehabilitado, pues esa condición formal la concede el Estado luego del pago de la reparación civil. Sí es posible, como la condenada por terrorismo Lori Berenson, hacer que el Estado le perdone dicha deuda, o que el Congreso interprete que esa obligación formó parte de la pena y el indulto concedido la eliminó, junto con el resto de la carcelería impuesta. El debate jurídico está servido y aumentará de intensidad conforme se acerque el período de tachas, aunque un oportuno amparo de algún seguidor podría llegar al TC y obligar una definición anticipada.
Solo un frente democrático que agrupe a todos los precandidatos importantes, partidos políticos y grupos electorales de centro derecha, podría evitar una nueva victoria del socialismo empobrecedor, colocando a su personalidad más carismática en la segunda vuelta de la elección presidencial. Felizmente, ya están avanzadas las conversaciones para esa candidatura, que necesariamente implica renunciamiento y sacrificio, pues el compromiso con el bien común debe ser superior a cualquier aspiración legítima. Neuhaus, Chiabra, Cillóniz y Añaños deben acordar una sola opción presidencial y las mejores listas parlamentarias que aseguren el soporte necesario a un gobierno serio, que gestione correctamente los recursos y garantice un manejo sensato de la economía.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.