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¿Carne de caballo en Qali Warma? Qué desprecio por los niños

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Fecha Publicación: 23/11/2024 - 22:40
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No es posible para este gobierno, que asumió el poder el 28 de julio del 2021, lavarse las manos en el escándalo del uso de carne de caballo y de otro tipo, no aptas para consumo humano, en Qali Warma, programa nacional emblemático del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), cuyo consumo por los niños y adolescentes de los colegios públicos habría ocasionado más de una intoxicación al interior del país, lo que es materia de investigación por parte de las autoridades.
Notitas de prensa y declaraciones del ministro del sector, Julio Demartini, pretendieron minimizar los destapes de la prensa de investigación, específicamente del dominical Punto Final, que revelaron testimonios, comunicaciones internas, depósitos bancarios de presuntos pagos ilícitos a servidores públicos que daban cuenta de un repudiable circuito o sistema de corrupción que involucra a la DIGESA, Qali Warma y FrigoInca, empresa proveedora del Estado, en agravio de la salud de nuestros escolares, poblaciones doblemente vulnerables en razón de su minoría de edad y su situación de pobreza.
Al menos esa fue la postura inicial del MIDIS, hasta que siguieron llegando más revelaciones sobre el escabroso caso. ¡Asco total! En mi opinión, aquí hay claros responsables políticos. En primer orden, quien fuera el Director Ejecutivo de Qali Warma, Fredy Hinojosa, actual vocero oficioso del despacho presidencial, quien, por decoro motu proprio, debiera dar un paso al costado en el Ejecutivo, como lo hizo el Director General de DIGESA, hasta dilucidarse el grado de corrupción ocurrido en el programa bajo su administración. En segundo orden, el actual ministro del sector, Julio Demartini, no solo por estos hechos punibles en el programa perteneciente a su sector, sino por la altísima inestabilidad en Qali Warma, de complejas competencias y presupuesto millonario, no permitiéndole sostenibilidad en la gestión, nombrando cada 3 o 4 meses a un nuevo director.
Así, en tanto, habrían desfilado 8 directores ejecutivos en estos 3 años de gobierno (2021-2024) de la plancha gubernamental integrada por la hoy presidenta del Perú, Dina Boluarte, curiosamente, otrora ministra del MIDIS.
El circuito de corrupción estaría integrado por funcionarios de la DIGESA, que temerariamente expiden autorizaciones sanitarias a los productos que, a juzgar por las quejas de los padres de familia e imágenes de la prensa, contravienen la inocuidad de los alimentos, cuyo registro está llamado precisamente a garantizar que su consumo no dañará la salud de las personas. Asimismo, está el propio Qali Warma, que se escuda en esta autorización sanitaria para comprarle a FrigoInca, pero que no habría tenido la debida diligencia de verificar que los productos respondan a las especificaciones técnicas exigidas para su adquisición, no solo en su ingreso a los almacenes, sino en las escuelas, verificando in situ su calidad organoléptica (color, sabor, textura y aroma), antes de su consumo. ¡Cómo es posible que comida contaminada vaya a parar a los programas sociales!
Bien la Procuraduría Anticorrupción, interponiendo las denuncias correspondientes y sus ampliaciones. No puede haber borrón y cuenta nueva. Bien también el Ministerio Público actuando de oficio y desarrollando diligencias que comprenderían también a FrigoInca.
Sería conveniente indagar si existió la figura de colusión, un eventual favorecimiento de personas o empresas que pudieran haber apoyado la campaña del partido ganador de las elecciones del 2021.
A todo esto, ¿qué se sabe de las resultas de la investigación de la intoxicación de los escolares en Cajamarca acaecida este año?
Señores congresistas, se ha puesto en peligro la salud y la vida de nuestros niños. Es hora de cobrar las responsabilidades políticas.

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