Carta abierta a Castillo

Por respeto a la decencia que debe imperar, a la libertad que hay que mantener y al Estado de derecho que tenemos que defender, creo que es oportuno darnos cuenta que estamos inmersos en una podredumbre política, donde las denuncias brotan sin cesar y gente del entorno presidencial viene siendo investigada, desde la primera dama, la cuñada, los sobrinos y los exministros.

Esta pestilencia política asfixia y es nauseabunda, sin embargo, hay lacayos imberbes que tratan de defender lo indefendible.

Nada de esto hubiera pasado si el Ministerio Público hubiera actuado diligentemente cuando denuncié al candidato Castillo, por omisión de información en su hoja de vida ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE); sin embargo, fue apañado por un genuflexo Jurado Electoral Especial (JEE) y el propio Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

La falta de muñeca política de los congresistas también deja mucho que desear, así no se hace Patria, así no se defiende el Estado de derecho. Es hora de que esta crisis llegue a su fin por la higiene moral del país.

Castillo ha tenido la insolencia de exhortar a las autoridades, así como a los medios, a evitar hacer hincapié en las denuncias en su contra, tratando de minimizar el rosario de acusaciones que recaen sobre él, en el Ministerio Público y el Congreso de la República.

Es una utopía de Castillo decir que “Nosotros somos demócratas, respetuosos de la institucionalidad y la democracia”; sin embargo, presenta un recurso que busca anular todo lo actuado en su contra, pero semejante artimaña no prosperó.

En la demanda, cuestionaba las atribuciones del Congreso de la República, olvidándose por ignorancia o a propósito que es un poder del Estado.

Que los congresistas no nos engañen con la vacancia; el único camino es la suspensión y/o inhabilitación y eso depende que la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales expulse a los tres “niños” de Acción Popular -eso depende del presidente del Congreso y de la Comisión Permanente- y apruebe el Informe Final, pase al Pleno y se conforme una comisión acusadora y esta ante el Pleno la apruebe y vuelva de una vez por todas a reinar la calma en nuestra Patria. Otro camino no existe.

El artículo 114 de la Constitución Política es claro: “El ejercicio de la Presidencia de la República se suspende por:” literal 1) “Incapacidad temporal del presidente, declarada por el Congreso”. Este procedimiento de acuerdo con el Reglamento del Congreso de la República requiere de apenas 66 votos.

El cual está previsto en el artículo 52 del reglamento, para efecto del cómputo del quórum y la verificación del resultado de las votaciones en los casos en que se exigen mayorías especiales, se tendrán en cuenta los siguientes conceptos: a) Número legal de congresistas: ciento treinta.

El quórum para la realización de las sesiones del Pleno es la mitad más uno del número hábil de congresistas.
Los acuerdos se toman con el voto de la mayoría simple de todos los miembros presentes al momento de la votación, incluido el voto del presidente. En caso de producirse empate en la votación el presidente tendrá un voto dirimente.

Este procedimiento es mucho más sencillo, que pretender buscar la vacancia, para lo cual se requieren 87 votos, lo cual matemáticamente es imposible.

Usted tiene la palabra, señor presidente del Congreso de la República.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.