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Caso “El Pocito”: conexiones de alto nivel

Fecha Publicación: 16/02/2019 - 21:40
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El año pasado se dio a conocer información pública de un escandaloso caso de usurpación en Chilca (https://fpp.org.pe/%C2%A8el-pocito%C2%A8-por-jose-briceno-abanto/), concretamente en el terreno “El Pocito” que estuvo en posesión pacífica desde 1968 hasta el 2012 (más de 40 años) por parte de la familia Lescano, la que denuncia que con documentos falsos ese predio fue inscrito en Registros Públicos y vendido por la Inmobiliaria Carmona S.A.C., representada por Moisés Ackerman Krikkler.

Según esta historia investigada por periodistas serios como José Briceño, de la Federación de Periodistas del Perú, resulta que luego de una pelea judicial de más de cinco años, en cierta forma titánica y épica para la señora Delia Salas de Lescano, que representa precisamente a la familia Lescano, se demostró que los papeles que usaron para inscribir su terreno eran falsos.

Pero a pesar de esa importante y contundente victoria de la mencionada ciudadana, el Poder Judicial no devuelve el terreno a la familia Lescano. Su lucha podría ser comparable a esas peleas del “Coliseo Romano” cuando un gladiador vencía a su contrincante por su vida y libertad pero luego estas le eran negadas cuando aparecían dos o tres más y al mismo tiempo para seguir peleando y el gladiador tenía que volver a hacerles frente.

Así sucede en el caso de la familia Lescano porque después de haber batallado para probar que su terreno fue vendido con documentos falsos, desde la judicatura le abren las puertas a otros contrincantes monstruosos (juicios) para que puedan enfrentarse a ella, con el fin de impedir que recupere su terreno. Entre esos juicios está el de usurpación, y la familia Lescano debe demostrar que está en posesión del terreno, tal como se corrobora con abundantes pruebas de posesión, por ejemplo una sentencia a su favor del año 1998 frente a un colegio que también quiso despojarla de su predio. Aún así desde ese año hasta el 2012 ha seguido al frente de la posesión.

No obstante como es de público conocimiento, la esfera política sobre lo judicial ocupó una especial atención luego de los acontecimientos relacionados con la ya famosa abogada Giuliana Loza y una de sus clientes, que es una importante lideresa política.

En este contexto, y para asombro de la familia Lescano, en uno de los escritos recibidos para su caso de usurpación resulta que Giuliana Loza se presenta como abogada del señor Moisés Ackerman Krikkler y cuando empezaron las audiencias preparatorias para el caso “El Pocito”, si bien ella no estuvo presente, sí apareció otro abogado vinculado a su estudio jurídico para asumir la defensa técnica del señor Ackerman, tal como lo ha comprobado el periodista José Briceño en el Linkedin de este abogado, figurando así su relación laboral con el Estudio Loza Ávalos. Estas conexiones recién se evidencian y la historia podría continuar.