Castillo en su labertinto
Todo precisa que el tirabuzón en el que está metido el aún presidente Castillo alcanza cotas irreversibles. Aún para los genios de los servicios secretos cubanos, enviados al Perú por el Foro de Sao Paulo con el objeto de salvar a este individuo. Castillo disfruta aún de los beneficios de un jefe de Estado, sin exhibir la más ínfima condición moral ni personal -y menos aún intelectual- para ejercer semejante función. En simultáneo, día a día acopia nuevas evidencias de corrupción. ¡Al extremo que la Fiscalía de la Nación lo tiene registrado como sospechoso de liderar una organización criminal! Según todas las evidencias, Castillo es entonces eso que los norteamericanos llaman un lame duck –un indefenso pato cojo- camino a la penitenciaría. ¡Y el tiempo corre en contra suyo! ¡Nuevas pruebas de las corruptelas palaciegas -y ministeriales- empiezan a salir como conejos de chistera! Esta coyuntura motivó a que sus “asesores” le recomendasen, en calidad de urgente, “volver a encontrarse con la prensa”. ¡Pero claro, Castillo sabe que es incapaz! Y por tanto no quiere -no puede- responder una sola pregunta proveniente de un periodista independiente. Él sólo se desenvuelve en el fango de esos lamepisos que pululan por el canal del Estado, en condición de asalariados del poder palaciego.
La prueba más ácida de aquello fue su faux pas ante el periodista Fernando Rincón de CNN. Allí, entre otros papelones, Castillo se reveló como el consuetudinario mentiroso que es ya que tuvo que reconocer: 1) que sí ofreció a Bolivia territorio peruano “porque lo piden los hermanos bolivianos, y promoveré un referéndum para que los peruanos confirmen mi voluntad”, estando constitucionalmente vetada cualquier consulta que se refiera a una cesión territorial; y 2) que SÍ recibió en palacio a la gestora de negocios Karelim López, quien hoy le imputa un rosario de delitos a Castillo. Todo lo contrario a lo que ocurrió el domingo en canal 7, donde un prepotente Castillo trataba con la punta del pie a su súbdito, Julio Navarro, quien fungió de chicheñó del mandatario. Allí negó conocer a Karelim López y contó que desconfía “de las personas que tengo al frente.” En su infame castellano, dijo: “Este momento que estamos en esta entrevista, no sé si mi propio premier, el ministro de Cultura u otros ministros del espacio de la confianza que le estamos dando, no sé qué cosas puedan estar queriendo asumir o pensando que hacer…” ¡Su soledad hoy es absoluta!
Castillo ha entrado en pánico por el riesgo que le significa declarar ante el fiscal de la Nación por los indicios de corrupción en que estaría envuelto, de acuerdo a los audios recientemente aparecidos que dan mayor forma a las imputaciones que se le hicieron en grabaciones anteriores. En su delirante miedo, decidió declarar feriado no laborable ayer lunes (costo al país: S/ 1,500 millones) para no recibir al fiscal de la Nación, con quien tenía una cita programada tras éste haber decidido abrirle investigación después de que Zoraida Ávalos ordenase reservarla hasta 2026, revelando su alma tramposa.
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