Castillo se queda

La gente ya está harta del culebrón delictivo de Castillo, su familia y allegados. Le llega. Y esto porque después de más de un año en el mismo capítulo de la telenovela la gente se hastía, se aburre, bosteza. Los medios de oposición tienen que informar, es cierto. Pero el tema está en que uno ya no distingue qué día es cuál porque todos los días son las mismas informaciones con pequeñas variantes. A eso se suma que las opiniones giran sobre lo mismo y ya no hay novedad. Mientras que algunos de los líderes de opinión están con la cantaleta de que se vayan todos, otros creen que Castillo caerá porque la fiscal de la Nación solicitará una prisión preliminar y el juez dispondrá lo mismo. Eso, por supuesto, nunca va a pasar. Para comenzar, ninguna fuerza pública haría cumplir esa pretendida resolución judicial y menos con una policía tan debilitada que le amarra los zapatos al Presidente. Y ningún juez ni fiscal en realidad se atrevería a tanto. Estamos en el Perú, no lo olvidemos. Más bien los que propugnan esas tesis parecen desearlo, quererlo sin dejar que eso sea, precisamente, un simple anhelo fruto de la impotencia. Castillo ya se curtió durante este último año. Su familia cercana está perseguida o presa y como en el boxeo, ya asimiló el golpe y sigue de pie. Mientras en el Congreso no pasa nada, a no ser la tontería de empezar a buscar firmas para una tercera moción de vacancia en menos de un año sin asegurarse los votos para ello. ¿Cómo creen que ve la opinión pública de a pie el hecho de que en tan corto lapso el Congreso quiera desaforar al Presidente? ¿Acaso muchos no terminarán pensando que bueno es culantro, pero no tanto? ¿Y otros no le concederán al régimen eso de que déjenlos trabajar? Además, está el hecho de que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. ¿Si Castillo logra sobrevivir a una tercera vacancia -que lo hará-, no saldrá acaso más fortalecido? Finalmente hay los que propugnan por “soluciones radicales”. No dicen sin embargo cuáles, aunque se presumen: golpe de Estado. Sin embargo, como me dijo un militar, ¿por qué los uniformados tendríamos que ser perseguidos e ir presos por la cagada que han hecho los civiles? En síntesis, la oposición ya perdió el tren. Castillo no será vacado, ni suspendido ni destituido. Más bien seguirá gobernando hasta lo previsto. Depende de una marcación constante para que no se quede ni un día más.