Castillo siempre es noticia
A los muchos desaciertos que nos tiene acostumbrado el presidente Pedro Castillo y algunos de sus más altos funcionarios, se sumó, esta semana, otro hecho que tiene que ver con la deshonestidad y la falta de ética. El mandatario fue acusado por el programa Panorama de haber obtenido el grado de Magíster en Psicología educativa en la universidad particular César Vallejo, presentando una tesis donde el 54% de dicho trabajo corresponde a un plagio de otras fuentes, según el software Turnitin. Las autoridades competentes deberán investigar con rigor y prontitud la revelación del programa periodístico, para que las sanciones correspondientes puedan recaer en sus infractores. El trabajo presentado a la universidad fue elaborado en coautoría con su esposa, Lilia Paredes, también aspirante a una maestría.
Instituciones exentas de ser consideradas enemigas del gobierno como el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General de la República, la Iglesia católica y muchas voces que vienen desde la academia o las instituciones de la sociedad civil, han cuestionado, una y otra vez, el comportamiento del jefe de Estado, reclamándole coherencia, claridad y transparencia en sus decisiones de gobierno.
Cuando los actos deshonestos son más que las virtudes éticas en un gobernante, se corre el peligro de tener un costo negativo muy alto para la sociedad, con el riesgo de que el mal ejemplo escale a niveles muy altos que conviertan esos hechos de deshonestidad en normales, por lo rutinarios. ¿Qué lección se le estará dando a la población que, en un momento, optó por la elección de dicho gobernante? ¿Qué mensajes se les está brindando a los niños y jóvenes que ven cómo la prepotencia y el incumplimiento a las leyes y normas menores que rigen la vida en la sociedad se institucionalizan, al punto que ya perecen cotidianos y normales en la conducta de las personas? Quienes conducen el país, empezando por el profesor Pedro Castillo, ¿habrán tomado conciencia de este riesgo?
A la denuncia de plagio en la tesis del presidente Castillo, éste respondió que se trata de imputaciones “malintencionadas”, de “tinte político” y que formaban parte de “un plan desestabilizador” contra su gobierno, lejos de dar explicaciones que sean razonables como se lo han exigido no sólo los congresistas de diversas bancadas, sino académicos de universidades, o exministros de Educación como Juan Cadillo, integrante del primer gabinete del actual gobierno, quien señaló “como profesor (Castillo) debería cumplir ciertos requisitos como un agente clave en una sociedad de cambio. Debe estar avergonzado y preferir que este tema sea pasajero. Urge tomar muy en serio los valores éticos que, muchas veces, se soslaya por considerarlos actos menores. Las investigaciones deberán ser lo más célere posible, y así saber a que atenernos.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.