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Castillo: un zombie alucinado

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Fecha Publicación: 28/08/2022 - 22:55
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Desde hace un año Castillo gobierna para sí mismo. Con mayor ímpetu, en este último semestre. Junto con su pintoresco abogado, tejen telarañas de estorbos a la Justicia, con el propósito de alargar la condena judicial y, consecuentemente, su ingreso a la cárcel. Ha alcanzado tal grado de demencia, borracho de poder, que ha removido a todos los cuadros directivos de la Policía Nacional del Perú, reemplazándolos por paisanos chotanos -su coto privado- para neutralizar la labor de la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, pretendiendo convertir a la PNP en cómplice de su asalto al Estado, utilizándola de escudo ante quien le resulte peligroso. Incluido el propio poder Judicial.

El Perú está al garete. No es novedad. Hace ya un año estamos en nada. El presidente Castillo se aboca las 24 horas del día al malabarismo más extremo, pretendiendo mantener en los aires -de manera simultánea- las ene denuncias por hechos de corrupción, cada cual más grave, que tiene acumuladas hasta la fecha. ¡Y siguen firmas! Porque, además de lo que significa esta gran catarata de denuncias fiscales -en las que está envuelto- resulta que él es primer presidente de la historia republicana constitucionalmente imputado por la Fiscalía, acusado de haber cometido sendos delitos además de dirigir una organización criminal de la cual forman parte su esposa, su hija putativa, sus sobrinos, el ex secretario general de Palacio de Gobierno, varios compadres ministros, etc. Son gravísimas las acusaciones que le imputa la Fiscal de la Nación, por las cuales viene siendo investigado con intervención de un juez.

Coyuntura que, sin la menor de las dudas, le impide ocuparse de sus labores como jefe de Estado, Empecemos porque Castillo no tiene la más remota idea de lo que significa gestionar una nación (de por sí compleja), enfrascada en un conflicto socioeconómico sin precedentes y en medio de una extraña crisis mundial que no tiene cuando acabar. Castillo, amable lector, hoy es un zombie alucinado que se pasa las 24 horas del día tratando de articular estrategias vanas con sus abogados -pagados por el Estado, vale decir, por usted- tratando de defenderse de lo indefendible. Dada la gravedad de sus actos, los juristas más renombrados manifiestan que, en aquello, Castillo no tiene probabilidad alguna de éxito.

Hasta acá, una síntesis de los gravísimos hechos que embarran a Castillo. ¡Pero nadie le pone el cascabel al gato! Todos trasladan este problema al vecino. Principalmente, el Congreso. Una institución hoy temerosa de la presunta banda criminal que azota al Perú desde palacio, mientras presume de ser defensora de la Constitución y la ley (sistema Jurisdiccional integrado por los jueces y la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides). ¡Congresistas, entiéndanlo bien! ¡Jurídica y constitucionalmente, Castillo no debe continuar siendo presidente! Conscientes como son de los avances investigativos de la Fiscalía y las decisiones preliminares del juzgado, su obligación es vacar inmediatamente al presidente Castillo, aplicando la Carta y ejerciendo las facultades que recibieron del pueblo.

¡Congresistas: sigan el ejemplo de la valerosa Fiscal de la Nación, Patricia Benavides!

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