Castillo y los adoradores del Sol
“Vamos a tener que desinflar nuestros egos y apagar nuestros sectarismos para ganar las elecciones” le habría dicho Verónika Mendoza a Cerrón, cuando en junio de 2019 éste último la seducía, para conformar un frente granítico de Izquierda para las elecciones del 2021, bajo el manto de SU partido Perú Libre. Los flirteos duraron apenas 10 días. Mendoza es protagónica por naturaleza y no iba a permitir un rol secundario en un partido de hombres.
Hoy, nuestra Micaela Bastidas del siglo XXI, adorada por los jóvenes de café y los políticamente correctos, le habría dado el mismo consejo a Castillo, a sabiendas que la arrogancia y el machismo de Cerrón son incontrolables.
El candidato, en su infructuoso intento de apartarse del radicalismo que lo llevo a ganar en primera vuelta, se ha convertido en un híbrido, arropado por el FA y Juntos por el Perú, dos frustradas organizaciones de Izquierda que tratan de recolocarse ante su desplome electoral. Sin perjuicio que el Ideario de PL es una aberración y muy dañino para el país, una supuesta revolución sin Plan de Gobierno, sin técnicos, solo con ‘slogans’, a media voz y con tibias e incoherentes amenazas, contrastándose con el lenguaje duro y soberbio de Cerrón que con un tuit desautoriza a Kurt Burneo y a todos los trepadores que se han subido al carro de Castillo, le está jugando en contra, para suerte del Perú. Si ha hecho un pacto con el diablo debió respetarlo. Hasta para eso carece de astucia e inteligencia, salvo que todo esté armado, pero tan mal armado que solo ha generado suspicacia y confusión.
Castillo ha declarado que conformará sus equipos técnicos con gobernadores regionales y alcaldes que se le han acercado interesados por colaborar por el bienestar del PUEBLO. ¿Lo habrá declarado en un minuto de locura? Es la peor cantera posible. Corruptos e incompetentes por antonomasia. Grandes culpables que la pobreza urbana haya pasado del 14% al 26% en un solo año, con un gravísimo retroceso en anemia y desnutrición, a pesar de los bonos y toda la ayuda social desplegada. Responsables del 50% del gasto de educación y salud, con pobrísimos resultados. Utilizar a las mismas autoridades fallidas es lo más lejano a un verdadero cambio, desafortunadamente nadie alza la voz para desenmascararlo.
El Plan para los primeros 100 días, una conjunción de absurdos. Entre otros, Castillo propone realizar una consulta a la comunidad, a efectos que los escolares regresen a clases presenciales de manera voluntaria. En primer lugar, eso no es materia de un plebiscito ciudadano y, además, por el plazo, implicaría perder otro año escolar. Este gobierno ya debería estar trabajando en implementar las condiciones para que ello ocurra, es una obligación del Estado y no una decisión ciudadana.
En su libro Democracy and Political Ignorance, el profesor Somin sostiene que a pesar de la inmensa cantidad de información, los ciudadanos invierten muy poco esfuerzo en adquirir conocimientos políticos, lo cual conduce a resultados colectivos potencialmente peligrosos. En el Perú se resumiría a: aquellos que votan por un ignorante –como impecablemente ha calificado Radio Mitre en la Argentina al candidato Castillo– tienen la misma o peor condición: es nuestra historia electoral pero no debemos cejar en el empeño de revertirla.
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