Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal

El artículo veinte, inciso uno, del Código Penal se refiere a la “inimputabilidad”, en relación con las personas que están exentas de responsabilidad penal: “el que, por anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alteraciones en la percepción, que afecte gravemente el concepto de la realidad, no posea la facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto o para determinarse según esta comprensión”, no les asiste responsabilidad penal. Y para llegar a esta conclusión tenemos que sumergirnos en el mundo mental: cuál era su estado antes del hecho delictuoso, en el momento y después; debiendo tener en cuenta que la culpabilidad tiene grados, la conducta dolosa, intencional o negligente por su falta de previsión del resultado. Y para esto necesariamente tenemos que ingresar al estudio del iter criminis, camino del crimen, que comprende el acto preparatorio, la ejecución y el resultado, para estudiar la personalidad del acusado: si fue consciente de sus actos o si ya existía una anomalía psíquica que alteró su conciencia, la percepción, y no pudo, en el momento de los hechos, comprender el carácter delictuoso de su accionar por encontrarse en un estado psicótico por la enfermedad que padecía o si fue una reacción psicótica por las circunstancias que tuvo que pasar. Y lo vamos a determinar a través del Dictamen Pericial Psiquiátrico, Psicológico y la Reconstrucción de los Hechos, para establecer las causas endógenas y exógenas que orientaron a la perpetración de un crimen.
Dentro de las variables de la psicosis encontramos la esquizofrenia, la esquizofrenia paranoide, esquizofrenia hebefrénica, esquizofrenia catatónica, esquizofrenia indiferenciada, esquizofrenia residual, en que los pacientes no se orientan en espacio, tiempo y persona; existe una ruptura con la realidad, no existen emociones, se encierran en sí mismos, el sueño está alterado, falta el apetito, sufren de delirio, los sentidos están alterados, escuchan voces comendatorias que le ordenan realizar determinados actos como matar a una persona o grupo de personas. También tenemos la psicosis maníaco-depresiva o bipolar; los síntomas pueden ser depresivos o eufóricos. La psicosis senil o Alzheimer, en que se pierde la conciencia, se vuelven impulsivos, hay que controlarlos con tratamientos farmacológicos y pueden perpetrar hechos delictuosos, encontrándose afectados el lenguaje, el pensamiento, la percepción, la memoria, como el caso que les voy a exponer.
Se trata de una persona que mató a sus padres y hermana con un fierro y los degolló. Cuando se le pregunta qué pasó, cómo sucedió, no responde concretamente; lo que dice es que escuchó voces de Dios que le ordenaban que matara a esas personas porque eran malas y hacían mucho daño. Sometido a un dictamen pericial psiquiátrico, concluyó como diagnóstico esquizofrenia paranoide, que no se daba cuenta de los actos que había cometido. Ese dictamen fue sometido a ratificación, donde explicaron los peritos que era un paciente crónico, irreversible, que necesitaba permanente tratamiento, debiendo ser internado en un hospital de salud mental por ser declarado inimputable por los jueces que lo juzgaron. Sin familia, sin saber a dónde ir, prácticamente vive en el hospital, estando estable, participando en las actividades del pabellón, le gusta dibujar, estudió arquitectura y, con la medicación que toma, se mantiene estable.
Otro caso: se trata de un joven que ingresó a una tienda con un arma de juguete; en esas circunstancias, la propietaria gritó y el ladrón se fue a la fuga, siendo capturado a dos cuadras, sosteniendo que había sido una broma. Cuando se buscaron los antecedentes, se verificó que era un paciente psiquiátrico de EsSalud, con un diagnóstico de esquizofrenia en remisión; concurría a su tratamiento en forma ambulatoria. Lo declararon inimputable, con tratamiento ambulatorio a cargo de su mamá, quien tenía la custodia legal. Paciente estable.

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