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Cerrar o no cerrar el Congreso

Fecha Publicación: 24/05/2019 - 22:00
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Artículo 134°.- El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros.

El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso. Dichas elecciones se realizan dentro de los cuatro meses de la fecha de disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente.

No puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato. Disuelto el Congreso, se mantiene en funciones la Comisión Permanente, la cual no puede ser disuelta.

No hay otras formas de revocatoria del mandato parlamentario. Bajo estado de sitio, el Congreso no puede ser disuelto.

Nuestra Constitución ha previsto que cuando haya crisis política, como lo estamos viendo, y el Congreso niegue su confianza a dos Consejos de Ministros consecutivos, el Presidente pueda disolver el Congreso e inmediatamente convocar a elecciones parlamentarias.

Estamos advirtiendo que hay un entrampamiento político entre el Ejecutivo y el Legislativo. La disolución del Congreso es una forma que tiene el jefe de Estado para solicitar el arbitraje de los ciudadanos en la crisis entre estos dos poderes del Estado. El cierre del Congreso debe estar acompañado de una convocatoria a elecciones parlamentarias garantizando así la disolución. Pero esta disolución debe establecer que se lleve a cabo en cuatro meses, con nuevas elecciones parlamentarias. Solo la Comisión Permanente no puede ser disuelta, esto es para evitar que se pueda considerarse establecida una dictadura constitucional luego de la disolución, y concluirá sus funciones cuando se instale el nuevo Congreso.

Ante un nuevo Congreso podrían presentarse tres hipótesis:

1.- Que el nuevo Congreso apoye abiertamente el presidente Vizcarra, aprobando todas las reformas que envíe al Parlamento; hablamos de un Congreso dócil y abyecto al Ejecutivo. Es una posibilidad.

2.- Que los congresistas actuales tomen esta oportunidad para postular a las elecciones del 2021, aduciendo que no fueron a la reelección y esto generaría un debate constitucional muy interesante.

3.- Que el nuevo Congreso sea más confrontacional, más radical que el actual, ya que sus miembros como no pueden ir a la reelección parlamentaria, pero sí podrían ser candidatos a gobernadores o alcaldes el 2022, podrían usar el Parlamento para hacer campaña y ser elegidos y una forma de figurar y hacerse notar sería enfrentar al Gobierno exigiendo obras y presupuestos para sus regiones.

Como vemos hay tres situaciones si se cierra el Congreso; haciendo un análisis de estas tres posibilidades, vemos que una favorece a los actuales congresistas y la otra –que el Congreso sea más radical– es lo más probable, ya que los nuevos congresistas estarían pensando en postular en sus regiones y un modo de promocionarse para obtener votos cuando postulen para gobernadores o alcaldes.

Fuerza Popular ha tenido una gran responsabilidad histórica que ha dejado pasar, ya que con la mayoría que obtuvieron en las elecciones del 2016 han podido desde un comienzo hacer grandes reformas en el sistema judicial, económico, laboral y político, pero optaron por el enfrentamiento contra PPK y ahora con Vizcarra, los fujimoristas no miden las consecuencias de su comportamiento.

En las manos del presidente Vizcarra está la decisión de cerrar o no el Congreso apelando al artículo 134º de la Constitución, si sigue este enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo.