China salvó al oso panda

Me ha alegrado, seguramente como a muchísimos en el mundo, saber por las noticias que el oso panda ha dejado de ser una especie en vías de extinción. Ya lo había declarado así en el 2016, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, pero ahora la exigente China lo ha hecho.

Hay cerca de dos mil ejemplares salvajes y en cautiverio viven 673. Ambas cifras se explican por la mayor protección de su hábitat natural y la mejora de las técnicas de reproducción artificial para los que no están libres.

Así se cierra un capítulo de 40 años -en 1980 fue declarado el oso panda en peligro de extinción- para esta hermosa y singular especie, símbolo de un gran país que acaba de anunciar la creación del Parque Nacional de los Pandas, que contará con el máximo nivel de protección gracias a un extraordinario sistema de vigilancia instalado por la empresa Huawei, y que unirá las 67 reservas naturales de pandas que hay hasta ahora, que ocupan 22,000 kilómetros cuadrados de tres provincias del centro y suroeste de China, su hábitat natural: Sichuan, Shaanxi y Gansu.

Una característica especial de los panda es su escaso apetito sexual pero una de las sorprendentes soluciones que los profesionales aplican para estimularlos es ponerles videos porno de pandas apareándose. Con ello, creo, ratifican para el caso que el principal órgano sexual no son los genitales sino el cerebro y que una estimulación en él, acarrea una respuesta en el organismo físico.

Ello podría ser cierto también en el caso de los humanos en el que con la edad disminuye la fuerza del instinto pero no la de la imaginación que, al contrario, puede incrementarse.

Por cierto ellos no significa la necesidad de mirar videos porno, pero sí de tener los estímulos suficientes, uno de los cuales, tal vez el más importante, es sentir la iniciativa del compañero o compañera.

Es extraordinaria y edificante la acción de China para salvar al oso panda. A contracorriente de la involución y autodestrucción humana, se ha logrado evitar la extinción de una especie, lo que es un verdadero homenaje a la vida.

Ello se ha hecho con devoción, orgullo nacional, tecnología de punta, disciplina y medidas drásticas como la que hasta 1997 penaba con la muerte a los cazadores.
Condiciones naturales hacen difícil la sobrevivencia de los panda. El bebé nace ciego, pesando alrededor de 100 gramos. Sus ojos no se abren hasta que tiene seis u ocho semanas de edad y no se mueve hasta los nueve meses. Su pequeñez e indefensión los hace muy vulnerables en su hábitat salvaje, a tal punto que su cuna es una de las patas de su madre.

El oso panda ya no desaparecerá. Sólo con amanecer, sabiamente se conforma. Come cañas de bambú y duerme en las ramas de los árboles. Una vez al año el amor lo llama y él acude sin prisa. No es enemigo de nadie y mira siempre entre sorprendido y cariñoso. En 1980, los pocos que quedaban, ignoraban que estaban a punto de desaparecer. Como nosotros ahora.

Jorge.alania@gmail.com

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