Clara estrategia antiexportadora
La semana pasada la Comisión de Trabajo del Congreso aprobó un dictamen que elimina la temporalidad de los contratos de trabajo, por lo que todos los trabajadores del sector de las exportaciones no tradicionales, en el que muchas de sus actividades tienen estacionalidad, tendrían que regirse por lo establecido en el Decreto Legislativo 728. Como era de esperarse el proyecto de ley fue presentado por Perú Libre, y se encuadra en una estrategia izquierdista que viene desde inicios del gobierno de Castilllo, y no ha cambiado, para afectar, de la mayor manera posible, al sector exportador .
Es así que desde que se inició dicho gobierno se ha estado hostigando, en numerosas oportunidades, al sector minero, especialmente a aquellas mineras que operan en el corredor minero del sur . Habiéndose incendiado campamentos, destruido maquinaria y equipo, cortado el abastecimiento de agua, etc, obligando al cierre en dos oportunidades de Las Bambas, un mina de talla internacional, cuyo cierre ha originado el alza del precio del precio del cobre , beneficiando a los competidores de nuestro país. Asimismo, en más de una oportunidad se ha bloqueado la Panamericana Sur impidiendo la exportación de las agroindustrias que operan en Ica. Del mismo modo, a pesar que se habían renovado los incentivos para dicho sector, posteriormente en el gobierno de Castillo se recortaron los incentivos otorgados. En ninguno de los casos se trataron de iniciativas de los trabajadores mineros o agroindustriales, inclusive fueron los propios trabajadores de una minera cuyo abastecimiento de agua se había cortado, los que al ver que el gobierno no hacía nada al respecto, lograron recuperar dicho servicio. Se trata de una estrategia que tanto los castillistas como los de Perú Libre han repetido frecuentemente, incluyendo otras iniciativas anunciadas, como la expropiación de Camisea, pero que no pudieron concretar porque no tenían los votos suficientes en el Congreso. Esta estrategia se complementa con ciertas acciones de los violentistas extremos durante sus movilizaciones. Como por ejemplo la violenta ocupación de la Planta de Compresión en Keipachato , Cuzco, de Transportadora de Gas del Perú. Afortunadamente en este caso la rápida reacción de la fuerzas del orden logró expulsar a los violentistas.
Pero imaginémonos que no hubiera sido liberada y hubiera sido dañada, esa medida hubiera afectado el transporte del 50% de la energía que consumimos. La ocupación de la planta de TGP no fue casualidad. Sino que es uno de los objetivos estratégicos a ser tomados por los violentistas, como lo son diversas centrales hidroeléctricas, aeropuertos, etc. En el caso de la planta de agua de Sedapal, que abastece a Lima, inclusive ya ha sido anunciada que sería tomada por los violentistas. La idea es generar el mayor caos posible, cortando el abastecimiento de energía, alimentos, luz y agua de las ciudades más importantes del país. Mientras que paralelamente se habría afectado la generación de divisas por las menores, exportaciones mineras, agroindustriales, no tradicionales, etc; para que cuando la situación haya llegado al límite deseado, presentar la Asamblea Constituyente, integrada fundamentalmente por organizaciones populares, como la solución de todos nuestros problemas. Lamentablemente el Congreso, más interesado en los objetivos particulares de las diversas bancadas ni siquiera se ha tomado la molestia de derogar las resoluciones supremas que desde hace muchos meses rigidizan aún más las condiciones laborales del sector exportador. Por lo que se espera que no se apruebe el proyecto de Perú Libre.
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