Colaboración eficaz o eficiente

Recuerdo en la universidad que en varios cursos le daban mucha importancia a la diferencia entre eficacia y eficiencia. Era necesario comprender estas palabras que parecen ser las mismas. Hoy, 15 años después, le doy un uso a ese conocimiento gracias a una reciente ley que ha sido aprobada en el Congreso.

El Parlamento, cuya aprobación pende de un hilo, aprobó que se reduzca el periodo del proceso de colaboración eficaz a 8 meses y solo podrá prorrogar por 4 meses. Además, solo en caso de crimen organizado podrá aplazar el procedimiento por 8 meses más.

Antes, la colaboración era eficaz, pues el fin de la figura legal era llegar al objetivo cueste lo que cueste. Pero el nuevo cambio en el Código Procesal Penal, en los artículos 473, 476-A y 481-A sugiere que se trate ahora de una colaboración eficiente, donde la Fiscalía busque hallar los resultados, con menos recursos disponibles, siendo principalmente el tiempo aquella característica que más haga falta. Esa es la principal crítica, que ahora la Fiscalía va a estar en desventaja, cuando debería empoderarse con más recursos para lograr el resultado.

Por otro lado, hay quienes están de acuerdo con limitar la susodicha figura legal. Alejandro Cavero de Avanza País asegura que la presente iniciativa tiene como finalidad evitar excesos de la Fiscalía de la Nación. Puso además como ejemplo el caso Lava Jato, donde se pueden demorar hasta tres años en corroborar lo que dice un colaborador eficaz.

Volvemos a la misma historia de siempre, entonces. El gran problema del Estado peruano: no es efectivo. Un sistema judicial fallido que puede tardar años en emitir una sentencia, una fiscalía que puede hacer uso del lawfare para perseguir a sus enemigos políticos y una sociedad tan harta de la política que no sabe cuáles son los poderes del Estado o sus funciones, y culpa a los congresistas hasta del clima.

La efectividad es la combinación de la eficiencia y la eficacia. Cuando se prioriza alcanzar el objetivo, pero con el mejor manejo de los recursos, no con el despilfarro usualmente asociado al Estado elefantiásico, lerdo y burocrático. ¿Cómo logramos eso en el Perú? Creo que estamos más pronto a viajar a Marte que a ver ese milagroso cambio en el país.

Un dato. El 75% de la PEA es informal. Solo el 25% es formal y el 8% trabaja en el Estado. Desde la época de Humala, el tamaño del Estado ha crecido exponencialmente en comparación al crecimiento poblacional. ¿Somos más efectivos? Hay una tendencia a ahogar a los formales y a agradar el Estado. Volver dóciles y dependientes a los ciudadanos de esa “Patria Grande” paternalista que les da de comer migajas.

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