¿Cómo hacemos para que más gente capaz participe en política?
En el Perú, como en todas las profesiones y oficios, tenemos buenos y malos políticos. Desafortunadamente cada vez son menos los buenos y más los malos. Esto se refleja en sus pocos aciertos y malas decisiones, que ponen en riesgo el futuro de nuestro país.
Los peruanos están saturados de la política y decepcionados de los políticos por la forma cómo han conducido nuestro país durante las últimas dos décadas. Algunos políticos son tan mal percibidos que, hasta sus hijos, en algún momento, avergonzados, deben haberse preguntado ¿por qué decidieron participar en política?
Desafortunadamente la gran mayoría de ciudadanos, especialmente los jóvenes, prefieren sólo criticar todo lo malo que otros hacen, en vez de comenzar a evaluar la posibilidad de participar en política, pasando de la palabra a la acción, convirtiéndose en una opción válida para dar soluciones a los grandes problemas del país.
Quizá, a los pocos interesados, los ahuyente la mediocridad de la mayoría de la clase política y los escándalos de corrupción en que se involucran; les preocupa el poco respeto de la prensa por el honor de las personas o les atemoriza una justicia alineada con el poder de turno para destruir a sus adversarios. Tenemos que revertir esta situación para persuadir a los muchos que, teniendo la capacidad, desisten de participar para no salir chamuscados en el intento.
Los partidos políticos organizados deben seguir siendo la puerta de acceso para incorporar y formar una nueva generación de políticos, especialmente en el interior del país. Lamentablemente sólo algunos pocos trabajan en fortalecer sus organizaciones políticas. Soy testigo que Fuerza Popular, desde hace una década, orienta sus esfuerzos en la captación de jóvenes profesionales a nivel nacional y, haciendo buen uso de sus recursos, los forma políticamente para renovar sus cuadros, los que ahora vemos en su dirigencia y en el Congreso, asegurando así la continuidad y futuro del fujimorismo.
Los partidos políticos tienen la responsabilidad de filtrar y elegir internamente para presentar, en cada proceso electoral, a sus mejores representantes. Pero también los electores debemos comprometernos a informarnos para elegir bien dejando de lado la indignación y odio que nos lleva a votar de forma negligente.
Estamos cansados que nos gobiernen personajes mediocres que toman decisiones trascendentales que nos afectan a todos. Pero, los responsables somos nosotros porque seguimos eligiendo a los “roba, pero hace obras”, le creemos y respaldamos cándidamente a “un presidente que no miente”, aceptamos que “niños”, hermanos o cuñadas lideren la corrupción.
Lamentablemente, mientras la gente honesta, que tiene ideas y capacidad para aportar soluciones, siga siendo indiferente y no participe en política, ese espacio lo ocuparán los malos, tendremos más de lo mismo y sólo nos quedará seguir criticando y quejándonos.
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