Cómo salir de la crisis
Vivimos horas difíciles que ponen a prueba nuestra aún frágil democracia. Lo sabemos y vivimos los ciudadanos de a pie. Hace mucho tiempo que los peruanos no pasábamos por una situación similar de crisis política y también institucional. El desconcierto inicial es el común denominador de una población que pide agritos vivir en paz y con tranquilidad. La responsabilidad para superar la coyuntura es de todos nosotros, pero, principalmente, de los actores políticos que nos han conducido por este escabroso sendero.
Hace bien el Poder Judicial, como garante de la administración de justicia, en advertir la necesidad de enfrentar el problema convocando a quienes tienen la responsabilidad mayor para buscar la salida a la crisis en estricto apego a nuestra Carta Constitucional. En efecto, la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, que es el máximo órgano de deliberación del Poder Judicial, acordó, en sesión extraordinaria, “exhortar a los actores políticos y sociales a tratar sus diferencias en un clima de paz y concordia nacional”.
Todo ello, desde luego, “dentro del marco que establece nuestra Constitución y los principios del sistema democrático”. En estas circunstancias, hace falta, sin duda, voces que ayuden a bajar la temperatura política que llegó a su clímax más elevado con la decisión del gobierno de disolver el Congreso de la República. Los magistrados del país hemos también lamentado que se haya producido esta crisis político constitucional y “que pone a prueba nuestra democracia y sus instituciones fundamentales”.
En un pronunciamiento público, el PJ ratificó su compromiso “de ejercicio y defensa irrestricta de la separación de poderes y los principios de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional, que constituyen soportes esenciales del Estado democrático y la forma republicana de gobierno”. Posición institucional que aporta seguridad en las actuales circunstancias por las que atraviesa el país.
La población que sigue absorta el desenlace de esta crisis, requiere que sus instituciones que tienen competencia en la defensa de la legalidad y el orden les brinden la tranquilidad que más necesitan en periodos como éste. De ahí que saludamos la oportunidad del PJ en enfatizar que la vigencia de los principios de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional “es irrenunciable” y se aplica a “todo proceso judicial presente o futuro”.
Como era de prever, las opiniones en la ciudadanía frente a los hechos recientes están divididas y hasta polarizadas como consecuencia de los desencuentros políticos ocurridos entre los otros dos poderes del Estado como el Ejecutivo y el Congreso de la República. Y son múltiples las voces discordantes entre especialistas, incluso. Serán los organismos competentes, de ser el caso, quienes finalmente se pronuncien dentro del marco de la legalidad y el respeto, en estricto, por la Constitución Política del Perú.
Sólo el respeto por la ley y las normas que rigen nuestra vida en comunidad nos garantizan una convivencia pacífica que es lo que, finalmente, reclama la ciudadanía. La población tiene que saber ello y tenerlo presente en cada acto que realice, por lo cual no debe existir motivo que justifique la alteración del orden público ni menos la agresión física ni de palabra contra otros ciudadanos.
Hace bien también el Pleno de la Corte Suprema de Justicia de la República en invocar a la población “a mantener la calma y evitar toda forma de provocación que pueda que pueda decantar en situaciones de violencia que sólo acentuarían la crisis que vivimos”.
Hacemos votos para que esta situación de crisis que nadie desea, por cierto, termine dentro del marco del debido respeto a la Constitución Política que nos rige, privilegiando el diálogo abierto, franco y democrático entre todos los peruanos, sin exclusiones de ninguna naturaleza.
Juez Supremo
