Confianza: lo que el Perú no puede perder
El reciente cambio en la cartera del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en medio de la recuperación económica y a menos de un año de las elecciones, ha causado una polémica justificada. La salida de José Salardi, reconocido como un técnico dialogante con reformas en curso, ha provocado preocupación en el ámbito empresarial, entre los gobiernos regionales y en el sector financiero. Su gestión breve fue símbolo de racionalidad pragmática en un gabinete que pedía oxígeno político y económico. Su cambio, sin explicaciones claras, sugiere improvisación o una cesión a demandas populistas.
Lo que está en juego es el frágil equilibrio entre la estabilidad institucional y las concesiones de corto plazo que podrían socavar la confianza de los inversores reconstruida con esfuerzo. José Salardi propuso cerrar catorce programas públicos ineficientes, racionalizar el gasto estatal e impulsar la inversión privada a través de asociaciones público-privadas. Estas medidas, que representaban un ahorro de 4,000 millones de soles, chocaban con intereses enquistados en sectores que usan el presupuesto como herramienta de clientelismo. Su salida ilustra cuán alto es el costo político de hacer lo correcto en un sistema que premia la complacencia.
La llegada al MEF de Raúl Pérez, pese a su perfil técnico y sus conexiones políticas, se ha recibido con cautela. Aunque ha prometido continuar con el “shock desregulatorio” y promover la inversión privada, la diferencia entre continuidad técnica y giro político dependerá de su firmeza ante la presión legislativa y de Palacio. No se trata solo de experiencia, se trata de firmeza.
Lo político no puede estar más frágil. Un Ejecutivo sin bancada, con alta desaprobación y acorralado por investigaciones, enfrenta a un Congreso atomizado y oportunista. Este clima ha ralentizado la inversión y prolonga la incertidumbre. Una vacancia presidencial en estas circunstancias sería precipitada. Tenemos más de 40 partidos políticos registrados sin liderazgos claros o agendas coherentes. El país no está para más experimentos.
La única protección contra el caos político es mantener un enfoque técnico en la gestión económica, crear un ambiente de certidumbre y respetar el calendario electoral. Gobernar no es ganar las elecciones, sino sostener el país sin destruir su economía.
Sectores empresariales, expertos y autoridades regionales han coincidido en que la salida de Salardi fue un error. Pero tampoco basta con indignarse o apostar por vacancias como respuesta automática. Ceder a populismos fiscales, liberar fondos sin sustento o prometer más gasto a cambio de apoyo político solo debilita lo poco que aún se sostiene. El cortoplacismo puede sonar popular, pero resulta letal para la economía. El Perú ya conoce bien este ciclo de caos, inflación, desconfianza y fuga de capitales. No se necesita provocar otro colapso.
Para ello, Pérez-Reyes debe reafirmar su compromiso con la inversión privada, dar continuidad a las reformas, clarificar las restricciones fiscales y mantenerse firme ante las presiones populistas. Impulsar mesas de competitividad, preservar las metas de déficit fiscal, potenciar las asociaciones público-privadas y colaborar estrechamente con ProInversión son acciones prioritarias.
El sector empresarial debe demandar estabilidad, invertir a largo plazo y pronunciarse contra las políticas regresivas. Los medios de comunicación, por su parte, deberían contribuir a explicar los retos que enfrenta el país en lugar de magnificar escándalos. Esta no es una contienda entre tecnócratas y políticos, sino entre el bienestar colectivo y la demagogia irresponsable.
El cambio de Salardi en el MEF en solo tres meses fue grave. La institucionalidad, aunque imperfecta, es el único camino para la recuperación. Lo dijo Luis Miguel Castilla: “El verdadero desafío será decir ‘no’ al gasto fácil y al halago efímero”. La confianza, una vez perdida, solo se recupera con coherencia y no con titulares.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.