Confrontación política sobre la Constitución
En nuestro país se viene incrementando una confrontación entre quienes accionan políticamente para que vía una asamblea constituyente se promulgue una nueva Constitución y otros para que permanezca la actual y hay terceros que consideran que la vigente solo sea modificada en algunos aspectos. Los políticos están movilizando masas para exigir una u otra propuesta política.
Me atreví a preguntar a un manifestaste: ¿por qué una nueva constitución? Simplemente respondió: “para que se proteja al pueblo y no a los ricos”. Entonces le pregunte: ¿Cómo debe ser la nueva? No pudo concretarme una respuesta. No obstante, a que desde la campaña electoral un sector propuso una nueva Constitución y han insistido después de las elecciones desde el Congreso y el Poder Ejecutivo, no han exhibido cuál debería ser el texto (contenido) de una nueva Constitución ni han expuesto estudios y análisis de lo que les es inaceptable de la vigente.
Los que proponen solamente algunos cambios a la actual, tampoco han expuesto cuáles partes deben ser modificadas y cuál debe ser su nuevo contenido. Los que persisten en mantener vigente la actual no han respondido con análisis políticos y académicos la ventaja y lo positivo de la Constitución de 1993. Total: son simples “posturas” y “voces” sin explicar concienzudamente el fundamento de sus propuestas.
Estamos ante un vacío político y legal; pero ambas partes acuden por sacar masas a las calles. Ninguno ha explicado a las muchedumbres ¿qué es la Constitución? ¿Cuál debe ser su contenido y por qué? No han presentado textos de los contenidos constitucionales que proponen para el respectivo análisis no solamente por “expertos” sino para debatirlos y la comprensión y educación de los ciudadanos para que estos adopten conscientemente su decisión.
Son ¡palabras, palabras! ¿Qué es lo que esperan los políticos con sus “propuestas” y pregones? ¿Instando a salir a las calles van a “conseguir” una excelente Constitución? Mientras todo ello ocurre, continúan las confrontaciones políticas entre el Ejecutivo y congresistas, siguen las mutuas críticas públicas, sin que ambos poderes adopten medidas para resolver los problemas nacionales que afectan la economía de la Nación y a la población.
Hay falta de eficientes servicios públicos, no se enfrenta el crecimiento de la delincuencia. Persiste la carencia de centros de trabajo activados y la creación de nuevos que paguen remuneraciones razonables a los trabajadores para frenar el incremento de la informalidad y el crecimiento de la pobreza. ¡Es hora que el Ejecutivo, el Legislativo y los políticos de ambos bandos confrontados razonen y trabajen positivamente en bien del pueblo!
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