Congreso y TC al garete

Los caviares avanzan con su agenda para continuar controlando las elecciones generales y tener en vilo al país. ¡Es su mejor táctica para seguir ejerciendo poder fáctico sobre el Estado, sin necesidad de tener los votos de la ciudadanía! ¡Esto está acreditado a lo largo del tiempo!

El Poder Judicial, el Ministerio Público, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) siguen siendo de ellos; igual que ONPE, presidida por Piero Corvetto. Esto último quedó confirmado en los comicios de 2021, cuando un descarado Jorge Luis Salas Arenas, todavía presidente del JNE, en connivencia con el recientemente ratificado jefe de la ONPE, Piero Corvetto, rechazaron revisar los centenares de miles de actas observadas por una comisión de notables, presidida por Lourdes Flores Nano.

Con ello garantizaron el triunfo electoral del comunista Pedro Castillo, camarada de Salas Arenas. Ahora no sólo el JNE continúa siendo apéndice de los caviares; también la ONPE ha confirmado su sumisión a la secta caviar, a través de la írrita ratificación del tal Corvetto como gerifalte del citado, cuestionado organismo. Triunfo pleno para esta izquierda caviar, melosa, hipócrita, ladrona y anti peruana, que sirve sin pestañear a los intereses transnacionales de los Soros, y compañía.

Culpable de tamaña traición al pueblo peruano es la infame Junta Nacional de Justicia (JNJ), entidad creada por el imputado por corrupción y mañoso exgobernante, Martín Vizcarra.

Hoy las ONG dirigen todo el Estado desde el Poder Judicial y la Fiscalía; ambos centros de poder secuestrados por ellos para, desde allí, chantajear a la jefa del Estado, a los parlamentarios, a los ministros y a cuánto cargo público necesiten coaccionar, con el fin de consolidar sus propósitos delictivos e inconstitucionales.

Resulta indignante que la clase política nacional no repare en el terrible daño que está facilitando se consolide autodestructivamente, consintiendo que los caviares dominen en Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación, la Junta Nacional de Justicia, el Jurado Nacional de Elecciones, la Junta Nacional de Justicia, etc. Porque, al admitirlo, permiten que los caviares usen esos siniestros mecanismos como instrumentos de coerción para someter al resto del aparato estatal y colocarlo a las órdenes de la camorra caviar; convirtiendo aquello en práctica del chantaje más repugnante aplicado desde el corazón mismo de nuestro sistema jurídico y electoral.

La forzada y prepotente reincorporación como mandamás de ONPE del tal Piero Corvetto, no es sino otra confirmación de que hoy nuestro Estado es un peligroso instrumento de coacción sociopolítica, usado por la organización caviar para manipular a la sociedad vía el chantaje que, progresivamente, viene ejerciendo sobre la casi totalidad de las entidades públicas.

Lamentablemente, instituciones como el Congreso de la República y el Tribunal Constitucional, con poder suficiente para frenar el peligroso avance que continúa consolidando la mafia caviar, parecen haber claudicado a sus deberes funcionales, convirtiéndose en otro frente traidor a la patria. Ambos, Poder Legislativo y Tribunal Constitucional, siguen obviando fajarse los pantalones para legislar -y sentenciar- por el bien de la República, como les ordenan la Constitución y el momento político.

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