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¡Conmoción social a la vista!

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Fecha Publicación: 26/06/2022 - 23:00
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Analicemos la situación del país. Los peruanos consumen el combustible más caro del planeta. No sólo porque el petróleo aumenta de precio a nivel mundial, sino porque los izquierdistas, en tiempos de Humala e incitados por La República (adonde colabora un tal Campodónico, hoy presidente de Petroperú), impulsaron contra todo sentido común la construcción de una refinería para que Petroperú refine 40,000 bbbll/día; que es lo que produce el Perú, de los 260,000 bbll/día que consumimos. El costo a nivel mundial de una refinería para 90,000 bbll/día como la que han adquirido, no pasa de US$2,500 millones. Pero ésta, ya viene costándole al país US$6,000 millones. ¿Ha dicho algo el tal Campodónico u opinado La República? ¡No! Un escándalo de semejante magnitud ni siquiera ha merecido que el Congreso investigue por qué se han farreado US$3,500 millones de más. Precisamente hoy paran los transportistas. Eso le costará al país US$50 millones/día. A aquello hay que agregarle el costo de la efervescencia social que esto va a generar. De otro lado nuestra agricultura está colapsando por falta de urea. Contundentes reparos de la Contraloría han obligado a que el ministerio de Agricultura tenga que anular dos licitaciones para comprar ese abono vital para la siembra. ¡La ineptitud de este gobierno no tiene parangón! ¡Es incapaz siquiera de adquirir bien algo que es rutina y que, posiblemente, acabe anulando la producción de muchos millones de toneladas de alimentos! ¡Y estos tampoco podrán ser importados, por la crisis alimentaria internacional derivada de la guerra entre Croacia y Rusia! El hambre que desatará semejante atentado debería ser suficiente causal para vacar a Castillo. Pero si a aquello le sumamos la existente indignación ciudadana –tras saber que el presidente Castillo esté siendo investigado por el Fiscal de la Nación, imputado de liderar una banda criminal para robarle al Estado; y además, rehúye deslindar con la corrupción escudando a sus secuaces, hoy prófugos por el deliberado descuido tanto del ministro del Interior como de diversos malos jefes policiales- es evidente que el atrevimiento de Castillo provocará el caldo de cultivo que próximamente desatará tal agitación social que se extenderá por todo el país.

A qué estratos de gravedad podrá estar situándonos el mundo, para que la prestigiosa revista The Economist haya colocado al Perú como “uno de los países donde es más probable un gran estallido social”. Asimismo, el ministerio de Relaciones Exteriores de España –que anualmente emite recomendaciones dirigidas a los españoles que viajen por el mundo- ha aconsejado NO visitar tres países durante este verano boreal: Rusia y Ucrania -debido a la invasión del primero al segundo; en nuestro caso, “por el Estado de Emergencia en el que se encuentran las ciudades de Lima y Callao.”

A paso acelerado nos acercamos al clímax de la catástrofe a la que, temerariamente, nos conduce el régimen cleptómano y bolchevique que preside este mamarrachento gobernante Castillo. Pero en calidad de cómplice, la elite nacional permanece callada frente a una emergencia donde ya saltaron todas la alarmas.