Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
Constituyente = dictadura
Varios reportajes y entrevistas han demostrado que no solo los que piden a gritos y pedradas una nueva Constitución en las calles, no tienen idea de lo que contiene la actual, de 1993, ni lo que debería cambiarse, ni lo que implica una asamblea constituyente, sino tampoco los congresistas que demandan lo mismo. Peor todavía, Dina Boluarte es parte de los que quieren reemplazarla y carece de los conocimientos más básicos sobre el tema.
En verdad, solo una pequeñísima minoría de peruanos, probablemente un 0.01% de ciudadanos (unos 2,500) debe tener una idea aproximada de lo que incluye la actual Constitución, lo que significan los elementos principales que la integran y lo que en realidad debería contener una Carta.
Pero hay muchos que quieren someter a un referéndum esos temas para que el 99.99 de ignorantes en la materia decida al respecto.
En los Estados Unidos, en 1787, 55 delegados reunidos en Filadelfia participaron en la elaboración de una Constitución con 7 artículos, a los cuales se han agregado 27 enmiendas en más de dos siglos. Entre los delegados estaban George Washington, Benjamin Franklin, James Madison, Alexander Hamilton. Estos dos últimos, junto con John Jay, publicaron luego en Nueva York la serie de 85 artículos en 1787 y 1788, recopilados en “El Federalista”, una obra extraordinaria que desarrolla los fundamentos esenciales de la Constitución y del republicanismo.
Aquí se pretende que una caterva de ignaros e iletrados, representantes de inexistentes organizaciones sociales y “pueblos originarios”, redacten la nueva Carta.
La verdad es que el único objetivo de los comunistas es implantar una dictadura chavista, del socialismo del siglo XXI, con la artimaña de una constituyente y una nueva Constitución. A eso se reduce todo el asunto.
Por eso no tiene la menor importancia que ni los congresistas, políticos y agitadores que exigen eso sean absolutamente ignorantes de lo que ahora tenemos y de lo que habría que redactar y aprobar. Lo que sí tienen muy claro es el objetivo: un gobierno dictatorial, represivo, violador de los derechos humanos, hambreador y absolutamente corrupto, como los de Venezuela, Nicaragua o Cuba, donde ellos serían los únicos beneficiarios de ese sistema que sometería a la mayoría a sufrimientos espantosos, como los que se observan en esos infelices países.
Lo que hay que reconocer es que ellos han sido eficaces persistiendo en esa consigna y haciéndola aparecer como una alternativa viable para lograr un cambio. Y en movilizar a hordas violentas, financiadas por el narcotráfico, la minería ilegal y otros delincuentes, para crear una persistente situación de desorden y caos.
Ya han transcurrido dos meses, el Gobierno no quiere impedir que sigan destruyendo el país, y el Congreso es incapaz de encontrar una salida política a la crisis.
Se requiere un gobierno transitorio, con autoridad y firmeza, que restablezca el orden, despeje el camino y realice elecciones limpias.
Otrosí digo. Esta columna dejará de publicarse algunas semanas.