Consultorías, publicidad y otras corruptelas
El 7 de abril 2019, esta columna se ocupó del escandaloso, además de multimillonario, asunto de las consultorías contratadas por este gobierno. Un despilfarro de vergüenza, en un país empobrecido cada día más por este insaciable Estado cleptómano que se da el lujo de derrochar el dinero público en la compra de conciencias y en el pago de favores a sus amigotes, vía ese robo mal llamado “consultoría”. Empecemos porque el régimen Humala incrementó brutalmente la planilla burocrática, con el fin de ganarse simpatías y mantenerse en el poder. Kuczynski y Vizcarra han hecho lo mismo aunque en menor escala. Es más, el gobierno no sabe cuántos empleados públicos existen en el enjambre de sectores nacionales, regionales y locales como está dividido el Estado. Se calcula que el gobierno central alberga a no menos de 1.5 millones de burócratas. No obstante ni siquiera por aproximación se conocen las cifras de aquellos oficinistas contratados por los gobiernos regionales y municipales.
Probablemente lleguen a otro millón y medio. Pero ni aún así la ciudadanía recibe el trato justo y amable que merece le brinden estos servidores públicos remunerados con su dinero, amable lector. No se trata de falta de manos. Al contrario, muchas manos en un plato causan arrebato. Lo que ocurre es que nuestro Estado está desorganizado precisamente para dar cabida al compadrazgo, al nepotismo, al clientelismo y finalmente para contratar tercerías –le llaman “consultorías”- para hacer las veces de burócratas, aunque cobrando el triple que el empleado estatal y prestándose a mil subterfugios para pagarle favores a los operadores y/o propagandistas del régimen de turno.
Esto ha abierto dos mundos en paralelo, formado por las planillas oficiales que acogen al personal -conocido como “de planta”- versus la planilla de consultorías y tercerías. En síntesis, sucesivos y pésimos gobernantes –especialmente Humala, Kuczynski y Vizcarra- nos han hecho desperdiciar casi el 68% del presupuesto en remunerar a la burocracia. Aunque a dicho guarismo hay que agregarle el millonario costo de las consultorías y tercerías. Ya en abril 2019 recordábamos que el congresista Víctor Andrés García Belaunde pedía una comisión investigadora para que el régimen Vizcarra explique el gasto por S/ 1,650’000,000 en contratación de consultorías (60% más que el año anterior). Por supuesto que el golpe de Vizcarra, entre otras investigaciones planteadas por el Parlamento a su gestión, frustró esta que habría destapado muchísima corrupción. A ello, claro, PPK, Vizcarra y sus secuestradores de la progresía marxista le llamaban “obstruccionismo”.
En un amplio informe publicado ayer por EXPRESO se daba cuenta que el Ministerio de Educación es el más aficionado a contratar “consultorías”. El iniciador de este vicio corrompedor fue aquel santo grial llamado Jaime Saavedra, ministro también fanático de aquel multimillonario vicio del “avisaje” contratado con la mafia periodística progre-marxista, para tener en un puño a estas corporaciones mediáticas que sobreviven de su dinero, estimado lector.
Este gobierno sigue multiplicando exponencialmente la dilapidación presupuestal en contratos de consultorías, tercerías y avisaje estatal, mientras se caen a pedazos los hospitales, las escuelas y la infraestructura policial.
