Contra la voluntad popular
Recientes informaciones periodísticas han corroborado lo que desde el año 2016 ya se avizoraba como una patraña montada en plena segunda vuelta electoral para perjudicar la candidatura de Keiko Fujimori y beneficiar indebidamente a P.P. Kuczynski (PPK), presentando a aquella como persona investigada por la DEA (agencia federal de Estados Unidos de América dedicada a procurar el cumplimiento de las normas contra la producción y tráfico de drogas y de poner a disposición de las autoridades de ese país a quienes se involucren en tales delitos).
Se afirmaba la existencia de un audio en el que el entonces Secretario General de Fuerza Popular admitía haber recibido de la candidata presidencial quince millones de dólares para ser lavados en la compra de una cadena de grifos.
La “oportuna” difusión de esa falsa noticia a mediados de mayo de 2016, en tándem entre el programa dominical Cuatro Poder y Univisión, sin duda impactó tremendamente en el electorado peruano residente en territorio nacional y en el extranjero perjudicando a la candidata presidencial que en la primera vuelta había casi duplicado la votación de PPK y terminó formalmente superada con menos de 50 mil votos en la segunda vuelta.Hoy sabemos que el audio y su contenido involucrando a Keiko Fujimori nunca existieron y que tampoco era investigada por la DEA.
No hay que ser muy suspicaces para suponer que la patraña no fue resultado del invento de un falsario lanzado al ruedo de manera espontánea en busca de figuración. Razones hay para anclar esta maniobra desde la misma primera vuelta cuando el equipo de apoyo a PPK se lanzó a una intensa campaña (a la que me opuse decididamente en público y en privado, por razones de principio) para que los simpatizantes fujimoristas, teniendo a su candidata ya segura en segunda vuelta, le prestaran su voto al ex primer ministro de Toledo para que sea éste quien logre pasar al balotaje en lugar de una excómplice del humalismo.
A este escenario, no puede dejar de vincularse lo que se materializó durante el primer semestre de gobierno de PPK, el escandoloso, entreguista y pendiente aún de ser investigado, acuerdo de colaboración eficaz con la empresa brasileña Odebrecht, de claros vínculos añejos y recientes con el conocido lobista que logró acceder a la presidencia.
Creo que falta aún mucho por esclarecer respecto del operativo que sirvió para desorientar a la ciudadanía y rozar la figura de delito contra la voluntad popular y privarle al Perú de su primera presidenta de la República, elegida directamente.
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