Controlar precios de medicamentos perjudicaría pacientes
Cuando las ideas se acaban y no se tiene gente preparada en gestión siempre empiezan a brotar ideas que ya han demostrado en diferentes oportunidades que no funcionan a pesar de que son muy populares.
Una de ellas es la falacia de que si el Estado controla los precios todos comprarán más barato. Nada más falso, aquí trataremos de explicarlo.
En el Perú si vemos la cobertura en salud vamos a encontrar que de los 33 millones de peruanos, aproximadamente 11 millones son cubiertos por EsSalud, 18 millones por el SIS (Ministerio de Salud), 2 millones Fuerzas Armadas y Policiales, y 2 millones privados, que son los que deberían pagar sus productos en farmacias. Viendo estos números encontramos una primera cosa que nos llama la atención. ¿Por qué controlaría precios para 2 millones de personas (6% de la población) si como Estado yo le entrego todo a los demás 31 millones de usuarios (94% de la población)?
Si analizamos los precios de los productos mencionados en genéricos, no se han incrementado. Lo que estaría sucediendo es que el Estado a través del Ministerio de Salud, EsSalud y Fuerzas Armadas no le está brindando una completa atención de productos básicos a los pacientes y estos se ven obligados a ir a las farmacias a comprar, pero en las farmacias que solo está planificado atender una fracción de la población (se estima que llega casi siempre al 35% de la población, aunque debería ser solo para 6%), pues no tienen lo suficiente para atender con productos genéricos al 100% de la población y deben pasar a vender productos más caros de marca que obviamente tienen una diferencia de precios con los genéricos.
Finalmente solo considerando la teoría económica básica podemos concluir que el efecto sería negativo, porque si se pone un tope de precio bajo a un producto genérico, pues este se va a dejar de vender y entonces lo que va a provocar es desabastecimiento, nadie va a vender más barato de lo que le cuesta, luego va a provocar colas en la búsqueda de productos, produciendo un círculo vicioso donde la gente se podría contagiar, que a la vez generaría un mercado negro donde los productos costarían aún más caro, porque el Estado los convertiría en productos escasos, agreguémosle que somos un país con casi 80% de informalidad a los cuales no se les fiscaliza, es decir sería un mercado negro casi perfecto, que tendría el negocio de los medicamentos, con todos los riesgos que conlleva a que siquiera sea un medicamento lo que te venden.
Buen momento para recordar “que la medicina bamba mata” y el Estado terminaría siendo el principal promotor.
@sandrostapleton
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