'Conversación en La Catedral', de Mario Vargas Llosa
En “Conversación en La Catedral” (Seix Barral, 1969 - Penguin Random House, 2025), de nuestro recordado nobel, Mario Vargas Llosa, se retrata la incertidumbre de la edad madura, en la que muchos nos preguntamos ¿qué hicimos con nuestra vida?, ¿por qué traicionamos nuestros sueños de juventud? O cómo nuestra existencia se diluyó en este caos que es el Perú, que, aunque es un país maravilloso en muchos aspectos, suele ahogar a sus hijos en un torbellino originado por la informalidad, la indisciplina y el favoritismo. La novela narra cómo la gran mayoría se convierte en todo aquello que odiaba en su adolescencia, en seres sin principios ni objetivos que se dejan arrastrar por la rutina. Santiago Zavala, protagonista de la obra, quiere creer en algo, ser un “puro”, alguien capaz de sacrificar la vida por un ideal. Lamentablemente, el concepto de Dios ya no le basta, pues carece totalmente de fe, por lo que, para llenar ese vacío, decide inscribirse, durante sus años universitarios, en la célula comunista sanmarquina. Esto le traerá un verdadero conflicto, ya que su padre, don Fermín, colabora con el gobierno odriista, enemigo acérrimo del comunismo. Santiago Zavala tiene una relación de amor-odio con su padre y con el Perú. Para él, la figura paterna representa el caos y la corrupción del país. Es así como, con tal de servir a un ideal, no teme socavar sus propias raíces, alejándose de su familia, de sus amigos y de su clase social, pues no quiere ser visto como un burgués. Es curioso cómo las novelas más emblemáticas de nuestro país: “Los ríos profundos”, “Un mundo para Julius” y “Conversación en La Catedral”, hablan de seres desclasados, de protagonistas que se encuentran entre dos mundos, que no pertenecen a ningún lado, quizás por la fuerte multiculturalidad de un país vertiginoso y multirracial, cuya naturaleza siempre mutable termina avasallando a muchos.
A lo largo de la obra, se puede ver cómo personajes que pertenecen a distintas épocas y espacios confluyen, y sus diálogos se complementan y enriquecen entre sí, gracias a la técnica de los vasos comunicantes, donde el autor, como si fuese un dios, juega con sus criaturas, recurriendo a las mudas espaciales (cambio de narrador) y a las mudas temporales. Existe también cierta predisposición a utilizar la técnica hemingwayana del “dato escondido”, sobre todo, cuando Santiago intenta saber el tipo de relación que había entre su padre y el chofer Ambrosio Pardo, con quien sostiene una charla llena de silencios significativos y respuestas escamoteadas. La conversación entre ambos se da durante un opíparo almuerzo en el bar La Catedral, una cantina-restaurancito, antiguamente ubicado en la avenida Alfonso Ugarte 206, Cercado de Lima.
Esta obra monumental se encuentra disponible en las librerías Crisol, SBS, Communitas, Sur e Ibero y en las plataformas Buscalibre, Amazon, Casa del Libro, etc.
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